Capítulo 13.

305 42 6
                                    

Min Ho se quedó inmóvil al sentir los labios de Taemin sobre los suyos, sintiendo su corazón latir desbocado, haciéndole creer que se trataba de un sueño, uno tan hermoso en el que todos sus sentimientos eran correspondidos, lo que había tenido presente de que sería difícil, al menos hasta que Lee pudiera superar la muerte de su esposo, lo que sabía que no había sucedido, ya que por las noches escuchó en repetidas ocasiones salir su nombre de sus labios, a veces acompañado de lágrimas que contenían todo el dolor de la pérdida.

—Taem...

—Sh... se bueno conmigo, ¿sí?

No esperó que los dedos de Taemin se posaran en sus labios, silenciándolo, ni que besos fueran dejados en su cuello, haciendo a su cuerpo estremecerse ante el toque, provocando que no supiera qué hacer, porque lo que había esperado era que Lee lo llamara para darle alguna orden, quizás pedirle que leyera algún documento para él, incluso lo que quería cenar esa noche, no que una de sus manos hubiera llegado al borde de su camiseta y comenzara a acariciar bajo esta.

Min Ho nunca había esperado que Taemin tomara la iniciativa de un encuentro íntimo con él, no cuando hasta en esa mañana parecía todavía haber muy claramente una línea divisoria en la que los convertía a ellos entre jefe y empleado, y que aunque Lee no se hubiera quejado de tenerlo a su alrededor, tampoco significaba que estuviera feliz, porque él fue claro al decirle que quería que hubiera distancia entre ellos así fuera su guardaespaldas.

La mano de Taemin no tuvo reserva alguna cuando pasó sobre los abdominales marcados de Choi, soltando un suave y bien fingido gemido, como si estuviera muy feliz con lo que hacía, cuando en lo que estaba pensando era que Min Ho no usaba traje como la mayoría de guardaespaldas, pero él no se lo exigió, no para estar en casa pero sí cada vez que lo acompañó a la oficina o cuando Shaoran estaba cerca, ya que no lo quería diciendo que debía de contratar a alguien profesional.

Shaoran quería meter a su gente en su casa para mantenerlo vigilado, pero Taemin no se lo había permitido, sabiendo que no podía dejar que hiciera lo que quisiera con él por encontrarlo vulnerable por la pérdida de su esposo, pero aquella fiesta a la que fue llevado con excusas de que era importante para la empresa, le hizo darse cuenta de algo que ya sabía, era de lo manipulador y poco confiable que era el primo de su difunto esposo.

Ahora ya no tenía a Jong In para protegerlo de todo, sino una sed de venganza por lo que sucedió con su esposo que estaba dispuesto a usar cualquier medio para lograrlo, y en ese momento sabía que Min Ho podía ser un buen aliado, que podía valerse de ese amor que decía sentir por él para convertirlo en sus ojos literalmente, porque necesitaba a una persona lo suficientemente confiable para destruir a Shaoran.

Min Ho no podía pensar con claridad con las manos de Taemin acariciando su cuerpo, porque no podía negar que fue algo con lo que había soñado varias veces, con Lee correspondiendo a sus sentimientos, entregándose a él de una manera tan íntima que no sólo sus cuerpos se unieran como uno, sino que sus almas también lo harían, pero todo eso, aunque era parte de lo que deseó, le parecía muy apresurado, como si no fuera real.

—No, Taem...

No pudo terminar su frase de negación, porque los dedos de Taemin volvieron a posarse en sus labios acallándolo, porque no necesitaba a alguien intentando que entrara en razón, él ya tenía a su propia consciencia diciendo que no estaba bien lo que hacía, que estaba engañando a Jong In, pero en su corazón por su amor a su esposo también era perdonable sus actos.

—Quiero hacerlo —Taemin susurró —si no eres tú, iré afuera a buscar a alguien que me quiera complacer.

Nunca se consideró alguien manipulador, al menos no con todas las personas, quizás un poco con Jong In cuando quería ser consentido, y eran con cosas inocentes como que lo llevara a su restaurante favorito, que le comprara golosinas o ropa que le había gustado cuando la veía por catálogo y era algo costosa antes del accidente, pero se volvió alguien tan dócil después de este, que quien habló no parecía él, o al menos se sentía como si fuera algo que necesitaba casi con desesperación.

Taemin sabía que Min Ho tenía sentimientos por él, y por eso mismo también que la idea de alguien más tocándolo no le iba a hacer feliz, y cuando escuchó un bajo gruñido ante sus palabras, él estuvo más que complacido, porque sabía que había tocado un punto sensible, y como confirmación, las manos de Choi que hasta el momento habían evitado acariciarlo, se posó uno en la parte baja de su espalda y la otra en su cuello, uniendo sus labios en un beso mucho más demandante, que casi hizo que Lee no pudiera seguirle el ritmo.

El darle algo de lo que Min Ho quería fue su decisión, pero eso no evitó de que se sintiera culpable, porque mientras podía sentir las manos de Choi acariciándolo, un sentimiento de culpabilidad llegó, porque eso no estaba bien, no cuando sentía que le estaba siendo infiel a Jong In, pero ¿qué podía hacer? ¿Dejar que Shaoran se saliera con la suya?

Sus manos fueron las que tomaron la iniciativa de quitar la camiseta de Choi, y no se quejó cuando fue arrastrado hacia el sofá, o al sentir el fornido cuerpo de Min Ho cubrir el suyo, sino que se concentró en hacer lo que creía que el otro hombre quería, jadeando ante sus caricias, correspondiendo a sus besos y acariciando su piel.

Su cuerpo se estremeció con cada prenda que fue quitada, y no pudo evitar sentirse un poco nervioso cuando quedó completamente desnudo, como si hubiera sido dejado vulnerable, y casi podía imaginar a Min Ho que en ese momento respiraba irregularmente, ansioso por entrar en su cuerpo, o la voz de Jong In llamándolo por su nombre en un tono enojado, pero no quería detenerse, no podía hacerlo.

—Taemin —su nombre fue susurrado en su oído, y los labios de Min Ho besaron bajo su oreja.

Podía sentir como Choi todavía llevaba la parte inferior de su ropa y a pesar de aquellos pensamientos culpables sobre engañar a Jong In, fue él quien desabrochó el cinturón de Min Ho, escuchando sus jadeos al momento que introdujo su mano en la ropa.

—¿Ti-Tienes condones?

La voz de Taemin fue entrecortada debido a la inseguridad de continuar, sintiendo como las caricias de Choi se detenía, y estaba seguro de que escuchó una queja bajita, porque Min Ho al escuchar su pregunta se detuvo, maldiciendo porque no tenía condones, porque no había pensado en que se encontraría en esa situación, no más allá de su imaginación, en la que Lee le susurraba que lo amaba y tenían una vida juntos y feliz.

—No.

También estaba dispuesto a respetar la decisión de Taemin si no quería continuar por mucho que él deseara hacerlo, pero no quería forzarlo, porque si fuera de esa manera, mucho tiempo atrás hubiera llevado sus deseos a acciones y no habría esperado que fuera Lee quien decidiera que quería tener sexo con él, aunque no podía negar que sí se dejó llevar varias veces al robarle algunos besos.

—En mi habitación —la voz de Taemin fue bajita —hay condones y lubricante.

Fue la mano de Taemin quien empujó a un desconcertado Min Ho, y si pudiera ver, quizás las mejillas sonrojadas de Choi le hubieran hecho desistir de sus acciones, porque eso no se sentía correcto, pero Lee creía que si lo tenía complacido no iba a traicionarlo, y ese era el medio que por ahora conocía, aunque pudo decir cientos de palabras de amor que hubieran servido igual, pero le resultaban más difícil de lo que era la situación actual.

Taemin pensó que quizás Choi se estaba preguntando la razón de tener esas cosas en su habitación, pero había sido un hombre casado, eso no significaba que él y Jong In no se cuidaban, eso hasta que decidieron que querían ser padres, y después de su muerte en lo último que había pensado era en deshacerse de eso, no cuando tener las pertenencias de su esposo le hacían sentir que todavía este seguía a su lado.

Mientras Choi subió a su habitación a buscar lo pedido, Taemin pidió una vez más perdón a Jong In por lo que hacía, sólo que él había tomado una decisión en ese día, y podría arrepentirse en el futuro, pero si sucedía, esperaba que fuera después de destruir a Shaoran.

Cuando Min Ho bajó, Taemin simplemente se dejó a su disposición, soltando suaves jadeos cuando este acariciaba y tuvo que evitar las lágrimas que quisieron caer de sus ojos al momento que lo sintió entrar en su cuerpo, porque mientras que para Choi el tenerlo entre sus brazos fue una fantasía cumplida, para Lee fue el inicio de su promesa de venganza.

Reconstrúyeme e intentémoslo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora