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Horas antes, se había hecho la idea de que estar allí, sentado en el suelo, completamente sólo, de madrugada, con frío y sin su música, no sería para tanto.

Error.

Porque ahora su cabeza tenía todo el tiempo del mundo para hacer salir a la luz todos aquellos momentos vergonzosos en los que la había cagado y las burradas que alguna vez había dicho.

Le habían quitado el holograma para comunicarse y para su suerte, no habían distracciones que fueran lo suficientemente relevantes como para enfocar su atención el resto del tiempo que tome a que, o bien Génesis vuelva, o venga su padre a sacarlo de allí.

Lo único que podía llamarle la atención en aquella habitación de barrotes más allá de los grande brotes de moho en las paredes, era una gotera en el techo de la que no paraba de escurrir pequeñas gotas de agua, haciendo ese característico sonido al impactar contra el suelo constantemente.
¿A caso esas eran condiciones para mantener a alguien allí?

Volvió su vista al suelo sintiéndose angustiado al momento que recordó el cómo había iniciado todo aquello y por lo que había acabado allí.

Pensó demasiado a la hora de decidir si ir a aclarar las cosas con Karchez y finalmente acabó secuestrado hasta por su propia familia y traicionado por sus amigos.

-Uhg- escondió su cabeza entre sus rodillas y cerró los ojos con fuerza.
Qué patético.

¿Cómo no iba a tener miedo de que Karchez se desprendiera de él si no paraba de liarla? Si cada cosa que hacía le salía terriblemente mal.

Aquello lo intentaba compensar, siempre que pudiese, echando una mano a todo aquel que necesite ayuda, y de paso, así sentir que era capaz de hacer algo más allá de trampas y conductos de redstone.

Es decir, sentirse útil.

Pero en ese momento no podía hacer nada más que recrear tontos escenarios imaginarios en los que pasaba vergüenza por "x" o por "y".

Y este escenario no iba a ser la excepción, pues otra vez, por culpa de sus "bromas" se había metido en problemas.

Apretó sus brazos alrededor de las piernas flexionadas cuando los ojos le comenzaron a picar dejando salir largas pero finas hileras de lágrimas que había estado aguantando desde que salió del cuarto de Fargan.

¿Por qué nada le podía salir bien?
Sólo quería que todo estuviese bien entre Karchez y él, pues es su compañero de aventuras y ya lo echaba en falta.
Pero no podía evitar suponer que ahora lo odiaba, pues desde que le pidió matrimonio sin siquiera decirle de sus sentimientos, le había estado haciendo daño continuamente.
Y para colmo, le había puesto unas estúpidas condiciones únicamente porque era un cobarde.
Y ni siquiera quería recordar la última vez que "discutieron" en su casa, ni de cómo sacó un anillo que acababa de fabricar para darle celos y presionarle a que aceptara la propuesta.

Se sentía como una mierda.

Pequeños hipidos salieron de su boca haciéndole levantar la cabeza y apollarla en la pared para poder respirar mejor mientras las gotas se deslizaban con rapidez por sus mejillas.

En ese momento agradecía estar solo, no le habría gustado que nadie le viera en esas condiciones y menos alguien que entrara a verle para mofarse de él. Tendrían el doble de motivos para burlarse.

ᴄᴀʙᴇᴢᴏᴛᴀ // ᴋᴀʀᴢᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora