Ayuda

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La lluvia caía en las calles de Gotham, empapando a los vagabundos y a las personas que olvidaron traer su paraguas al salir de casa. En un callejón, dos figuras se observaban fríamente.

—Debo de decir que es una sorpresa que me hayas buscado activamente, murciélago. Después de todo, la última vez que estuvimos juntos dejaste muy en claro tu falta de interés.

—Dejemos las cosas en el pasado, Selina.

—Desperté en una cama vacía y fría— siseó Selina, sin importarle que la lluvia mojara de forma incómoda su traje de cuero— ¿Esperas que deje pasar esa jugada tuya tan fácil?

El silencio que siguió sus palabras fue suficiente respuesta para la mujer. Hizo golpear su látigo una vez y se dio la vuelta, lista para alejarse de aquel miserable y seguir con su, hasta entonces, pacífica noche.

—Es sobre Robin.

Eso la detuvo. Con curiosidad regresó al lugar en el que estaba de pie momentos antes y se cruzó de brazos, observando al héroe frente a ella.

—¿Qué tiene que ver el pajarito con esto? —preguntó confundida, notando por primera vez lo callado que estaba el callejón. Eh, eso es raro. Toda la ciudad se acostumbró a ver la capa amarilla y a escuchar las risitas adorables (inquietantes) en los rincones más extraños— Por cierto, ¿dónde está el chico? Creí que le gustaba salir a jugar cuando llovía.

Igual que hace unos minutos, la respuesta era el silencio. Pero este se sentía distinto, más incómodo, más... triste. Sus instintos entraron en acción y las campanas de alarma comenzaron a sonar en su cabeza. Haciendo honor a su nombre, sintió cómo su vello se erizaba cual gato, sin importar el clima húmedo.

—Bruce— murmuró, mirando directamente a los ojos blancos de la capucha. La hostilidad de hace unos momentos ya eliminada de su mente— ¿Dónde está Richard?

El murciélago siguió sin responderle. Selina gruñó frustrada y con un movimiento fluido de su muñeca atrapó a Batman con su látigo, mandándolo de un golpe al suelo. Eso confirmaba sus sospechas de que algo malo estaba pasando, Bruce ni siquiera trató de esquivar el ataque o de defenderse.

—Por eso te he estado buscando— respondió Batman después de estar unos segundos en el suelo mojado— Ha estado desaparecido por casi una semana.

—¿Ya revisaste con Joker? ¿Harley? ¿Harvey?

—Joker y Harvey siguen en Arkham. Harley ha estado en algún lugar de Sudamérica con Waller desde hace casi 3 meses, así que no es posible que haya participado activamente en este secuestro.

Selina reflexionó unos momentos esta información, y después de hacerlo, clavó con fuerza su tacón en el estómago del hombre en el suelo.

—¿Cómo es posible que esté desaparecido? El niño nunca desaparece de tu radar sin algún aviso previo de su parte, a menos que... — con un respingo, pisó con más fuerza a Batman— A menos que él haya estado escapando. ¿Qué estupidez hiciste ahora, cariño? — ese sobrenombre se dijo lleno de sarcasmo y enojo, representando la mayoría de emociones que Selina estaba experimentando en esa desagradable conversación.

—Después te cuento todos los detalles— gruñó Batman, todavía dejando que lo maltrataran— Pero necesito tu ayuda.

Selina levantó una ceja, sorprendida por la abierta demostración de vulnerabilidad (en la escala de Bruce). Debió de estar muy desesperado como para pedir ayuda, en especial a ella, una "criminal".

—Siempre soñé con verte mendigando por mi ayuda— dijo de forma casual, quitando su pie del estómago de Batman para poder desenrollar su látigo— Por fin se está cumpliendo ese sueño, aunque desearía que hubiera sido en circunstancias más... alegres.

—Y yo desearía no tener que volver a hablarte en mi vida— murmuró el héroe, poniéndose de pie.

—Ja, no me hagas reír— su voz tenía un tono divertido mientras se acercaba a Batman, hasta que ambos quedaron frente a frente, sus pechos prácticamente juntos. Sujetó con fuerza la capucha del traje murciélago y la apartó, abriendo paso a fríos ojos azules. Ella desde hace tiempo se había deshecho de su propia máscara también— No importa cuánto trates de alejarte de mí, siempre terminas regresando. Ya sea porque soy de las pocas personas que te entienden. O porque te gusta esto— explicó, guiando las grandes manos de Bruce a su cintura.

—¿Vas a seguir tonteando o por fin te tomarás esto en serio?

Selina soltó una risita mientras rodeaba el cuello de Bruce con sus brazos. Se puso un poco de puntillas y lo besó con firmeza. El contacto duró unos segundos, hasta que la criminal se alejó.

—Dime todo lo que sepas sobre el secuestro hasta el momento— ordenó Selina, volviendo a ponerse su máscara de Catwoman— Le prometí al niño que adoptaríamos un gato y le enseñaríamos trucos de circo.

El canto de un renegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora