—Equipo— resonó la voz del caballero oscuro alrededor de la montaña—. Asistan al salón de reuniones para información de una misión.
—Rob, ¿sabes de qué trata la misión?— Kid Flash trotaba rápidamente, esperando a que su mejor amigo lo alcanzara.
— No tuve mucho tiempo para hablar con él, KF. Algunas tareas se acumularon y pasé de hacer patrullas— explicó el petirrojo, caminando tranquilamente unos pasos atrás que el velocista.
— Si ustedes dos ya terminaron de hablar, es mejor que se apuren— Artemisa estaba esperándolos frente a las puertas del salón de reuniones— Necesito patear el culo de alguien.
— ¿Todos saben el plan?— estaban abordo de la bio-nave, Batman les había dicho la misión. Aqualad miraba nervioso a los integrantes del equipo, en especial al más joven de ellos, quien jugaba con uno de sus bastones de esgrima.— Robin, ¿sabes el plan?
— Sí, Aqualad— respondió algo fastidiado, en la sala de reuniones también lo hartaron preguntando eso— Quedarme con el equipo, no ir solo y todo eso.
— Deja que el niño se divierta, Kaldur— Artemisa apoyó a Robin con una sonrisa divertida, sabiendo que su compañero odiaba que le dijeran niño.
— Vamos a Santa Prisca, no queremos que pase lo mismo que la última misión a la que fuimos a ese lugar— Aqualad decidió ignorar a la rubia, tratando de evitar una pelea.
— Kaldur, viejo, Robin no volverá a irse solo— Kid Flash apoyó a su mejor amigo, extendiendo su mano con el puño cerrado— ¿Verdad?
Robin se quedó viendo pensativamente el puño frente a él, para luego dar una de sus sonrisas y corresponder el gesto. Kaldur se alarmó un poco por la sonrisa, pero decidió confiar en sus compañeros.
Después de varios minutos llegaron a su destino. Santa Prisca se extendía debajo de ellos, desde su altura se lograban ver varios soldados montando guardia.
— ¿Me pueden recordar por qué estamos aquí de nuevo?— KF veía algo aburrido por la ventana, recordando misiones pasadas en aquel lugar.
— Batman dijo que Bane ha sido visto aquí, de nuevo— Miss Martian abrió la escotilla de la nave, para que los demás pudieran saltar— Quiere que recolectemos información sin ser descubiertos.
— No preguntaba en serio, preciosa— KF saltó de la nave antes de que la chica le pudiera responder, siguiendo a su mejor amigo.
— ¡Hola, Megan!— con una sonrisa se palmeó la cabeza, flotando fuera de la nave— Él sólo se estaba quejando.
— Robin, Superboy, ¿consiguieron los datos?— preguntó Aqualad por el enlace mental, haciendo guardia fuera del edificio. Después de una caminata (sorprendentemente no los habían atacado) lograron llegar a uno de los edificios principales. Habían decidido mandar a Robin y Superboy juntos por la información, mientras los demás hacían vigilancia dentro y fuera del edificio.
El sonido de disparos y una ventana rota lo alarman, girando su cabeza hacia arriba vio con miedo al cuerpo de Superboy que caía en picada hacia él.
Aqualad tragó saliva y se cubrió la cara con los brazos, preparándose para el impacto. Como lo supuso, 1 segundo después Superboy se estrelló contra él, tirándolos al suelo.
La carcajada de Robin resonó por la mayor parte de la isla. El joven ninja estaba colgándose con las piernas de un cable, asimilando a un mono. Una nueva ronda de balas azotó a los 3 héroes, sorprendiéndolos.
Robin se dejó caer y dando una pequeña pirueta aterrizó a lado de los dos adolescentes mayores tirados en el suelo, arrastrándolos.
Su camino se vio interrumpido por un cuchillo que fue lanzado hacia su dirección, Robin alcanzó a esquivarlo por poco, pero aun así un poco de su cabello cayó al suelo.
— ¿Qué demonios?— murmuró Superboy, mirando el cuchillo clavado en el suelo a unos metros de ellos.
— Mi amado te entrenó bien, pajarito— una suave voz se escuchó, alarmando a los tres chicos. Una persona salió de las sombras, revelando la figura curvilínea de una mujer en un traje ajustado negro, su cabello oscuro caía suelto. Tanto Aqualad como Superboy se quedaron atónitos ante la nueva invitada, pero Robin se limitó a gruñir— ¿Habrá sido lo suficiente para vencerme?
— Talia, debo admitir que no me esperaba verte— Robin se puso lentamente de pie, sin dejar de ver a la mujer.
— Eres un mal detective, supongo que una falla debías de tener.
— Realmente esperaba a tu padre— el adolescente esbozó una sonrisa burlona, poniendo las manos en sus caderas— Debo decir que me siento ofendido, nos subestimó demasiado como para enviarte.
— Mocoso impertinente— Talia sacó una pistola y apuntó hacia el techo, lista para dispararle a Artemisa, quien estaba derribando a varios hombres con sus flechas.
Robin reaccionó rápido y saltó hacia Talia, desviando el proyectil. Sin darse cuenta, la joven Al Ghul lo había guiado lejos de sus compañeros, a un campo abierto.
— Veamos la razón por la que mi amado está tan orgulloso de ti— Talia se lanzó contra Robin, portando dos katanas. Robin esquivaba el filo de aquellas armas, tratando de sacar sus bastones. Aprovechó una distracción de Talia y la pateó con fuerza en el estómago, dándole tiempo de sacar sus propias armas.
— ¿No crees que es algo obsesivo seguir diciéndole amado?— el Chico Maravilla lanzó pequeñas bombas de humo, esperando desorientar a la mujer— Por ahí he oído que superar a tu ex es parte de crecer. No sé qué tan serio pueda ser eso en tu caso.
— No sabes cuántas ganas tengo de arrancarte la lengua, pajarito— se acercó hacia el adolescente, lanzando varios cuchillos para rodearlo— Pero, lamentablemente, no puedo. Tengo que cumplir órdenes.
— ¿Tú? ¿Cumplir órdenes?— en algún momento, Robin había terminado saltando entre los árboles, Talia siguiéndole a pie— Debe de ser algo importante si te convencieron de hacerlo, ¿me lo dirás? Si lo haces, tal vez convenza a B de desbloquearte de Instagram.
— No seas impaciente, pajarito, pronto lo sabrás. Sólo te diré que estoy aquí para probarte y tomar la decisión correcta sobre tu futuro— Robin se distrajo por esa última parte, deteniéndose brevemente. Talia, con una rapidez increíble, levantó el arma y disparó, dándole en el hombro.
El petirrojo cayó del árbol, sosteniéndose con fuerza la zona afectada.
— Ahora, pajarito— Talia se acercó burlonamente a él, pateando su hombro herido— ¿Podré volver a ver las fotos de mi amado en su cuenta? Por las noches me siento tan sola, extraño el calor que él solía darme.
— Primero que nada, tengo 13 años, no quiero escuchar sobre tu vida sexual— como pudo se levantó, apoyándose en el tronco del árbol más cercano. Podía escuchar las voces del Equipo dentro de su cabeza exigiendo saber su ubicación, pero desde hace rato los estaba ignorando— ¿Qué vas a elegir sobre mi?
— Serás un gran socio, pajarito. Por lo pronto, me quedaré con esto— Talia mostró un collar con dos anillos, aterrorizando a Robin— Te los regresaré cuando estés con nosotros, tómalo como muestra de que he tomado mi decisión.
— No, Talia— Robin trató de avanzar, pero no pudo, se encontró volando por el aire, M'gann estaba a varios metros sobre él— Miss Martian, déjame ir— con el pánico aumentando sacó batarangs, lanzándolos con la esperanza de darle a la mujer en fuga— M'gann, es una orden, suéltame— la hija del demonio le dio un saludo burlón antes de entrar a unas sombras, perdiéndola de vista— TALIA AL GHUL
ESTÁS LEYENDO
El canto de un renegado
AksiUniverso Young Justice. Robin se siente subestimado por un equipo sin fe y un mentor terco. ¿Habrá alguien que lo pueda tratar con el respeto que merece? ¿Que lo haga sentir aceptado?