Capítulo 6 la emoción más pura

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Cuando apenas era un niño, ví como una rayo partía un enorme árbol, en mis narices.

Se vería a Tzilacatzin de niño en una gran tormenta viendo un árbol que fue destrozado por un rayo.

En ese momento no sentí miedo, lo único que pasaba por mi mente era.... En los cielos debe haber algo muy poderoso.

En las nubes se formaban tres siluetas principales y detrás de ellas se notaban más difuso.

Una de las siluetas era un gran e importante dios era Thor, la otra era un simple anciano con un trueno en su mano y la última era un ser con un rostro y apariencia extraña con colmillos, los tres eran impresionantes para el niño que los veía desde la tierra.

Ahora la imagen

Señor Zeus, ¿Está de acuerdo con esto? - pregunto Hermes - ¿Que hay de las reglas? - pregunto el dios.

Que tontería estás diciendo - dijo el anciano dios - solo mira - dijo señalando la arena - ese jaguar es una extensión de Tzilacatzin - dijo el dios sonriente - son uno solo.

Amigo Oceloth - dijo Tzilacatzin - me confiarias tu vida - le pregunto con tranquilidad el guerrero.

Vamos infeliz - grito Alvarado - acaba al dios.

El jaguar solo corrió hacia la batalla.

El ha vuelto - grito Heimdall con emoción - con su compañero como sus piernas, el va adelante ¿cuál es su objetivo? - grito Heimdall

Tzilacatzin agarraba el extremo de su arma y se preparaba para atacar.

Lo hará - grito un soldado mexica - la técnica que parte lagos enteros - grito.

El corte perfecto, el partidor de mares.

Al fin lo hará - grito uno de los guerreros jaguares

Hace mucho que no veo ese golpe - dijo un guerrero mexica con una gran sonrisa que tenía a un lado a otro guerrero.

Eran tzoyectzin y temoctzin.

37,689 - se escuchó de los gritos de Tzilacatzin el que estaba en frente del mar.

Oye relájate, no crees que esto es demasiado - dijo Tzoyectzin viendo a Tzilacatzin todas rompiendo sus armas.

Eres un maldito fanfarrón, no crees que esto ya llegó demaciado lejos - dijo temoctzin de sentado - después de todo eres un cabeza hueca - dijo mordiendo un trozo de carne cruda.

37,690 - grito el guerrero, y lo único que pasó, fue que el arma se rompió y el solo la tiró a un montón de armas rotas.

Ellos pensaban que conocían el límite de Tzilacatzin, pero solo conocían el de su arma.

El guerrero no se quitaba de su postura y seguía intentando.

37 mil dijo el guerrero claramente agotado - 691.

Tzilacatzin siguió intentando logra su gran golpe, el golpe que partiría los mares.

Tzilacatzin no podía dejar de pensar en lo que quería.

Solo quería conseguir algo... Un oponente digno, ni siquiera los mejores lo alcanzaban, el solo soñaba con un rival digno.

Aún sigues intentando - dijo Tzoyectzin - como sea - dijo dando un suspiro - no tienes hambre - dijo ofreciendo un pedazo de carne a su compañero.

El no había parado de intentar su golpe aunque, habían pasado meses el no paraba, Tzilacatzin solo paraba a comer, y a dormir cada varios dias - y el día llegó, el dia que lo logro.

Shuumatsu no valkyrie pero con mexicanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora