Una última promesa

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Esto es increíble - grito Heimdall Mientras toda la tribuna de la humanidad estaba en silencio.

Peleamos como nunca, y perdimos como siempre - dijo un mexicano en la gradas

La mayoría estaban desilucionados y en los dioses abundaba la arrogancia.

Luchaste bien - dijo Napoleon III al igual que todos los generales mostrando su respeto por Zaragoza.

Toda la humanidad daba el duelo por perdido exepto por una mujer que no dejaba de alentar a Zaragoza.

No te preocupes, querida - dijo Zaragoza mirando a su esposa - esto aún no a terminado - dijo mientras sonria nadie entendía como podía estar así después de ser prácticamente derrotado.

Don perfecto, te tengo unas preguntas - dijo el general a Poseidon el que no le presto mucha atención.

¿Alguna vez pensaste que no eras suficiente y tuviste luchar hasta demostrar lo contrario? - pregunto mientras recordaba cuando no lo aceptaron en el ejército.

Alguna vez fallaste y volviste a levantarte - le pregunto recordándose tirado en el suelo.

¿O incluso alguna vez tuviste que esforzarte por una promesa que tenías que cumplir? - le pregunto al tirano el que no respondió nada y solo se puso más serio de lo habitual.

¿Mínimo alguna vez pensaste en otros? - le dijo al tirano - no necesito una respuesta... Al parecer ya la tengo - dijo mientras en los ojos de Poseidon se podría ver la verdadera furia de un dios.

Para mí todo eso importa, forma parte de lo que nos hace ser guerreros, ser nobles y fuertes - grito apretando las dos partes de su armas rotas - pensé que éramos iguales, pero no puedo perder contra alguien que no tiene la mínima empatía por los demás - grito mientras las dos partes de sus armas brillaban.

Que es esto, los dos trozos del arma divina están sacando un potente destello, no se puede apreciar nada - grito Heimdall.

Esto es impresionante - grito Charles Ferdinand.

Dos brillos potentes eran disparados al cielo.

Las dos personalidades de Hrist se verían presentes de un lado salía una tímida mujer mientras del otro una mujer con ansias de venganza.

Re-Volund

De un lado salió una pequeña pistola lista para perforar al dios como si fuera un potente cañon y del otro el lado de la bayoneta parecía un florete de esgrima un arma que se debía usar con calma y distancia.

Un arma rota se convirtió en dos - grito Heimdall totalmente asombrado.

La humanidad no entendía que pasaba pero sonreía y la esperanza volvía.

¿Esto es un milagro? - dijo Geir aún con lagrimas en los ojos - pensé que se había ido para siempre, ¿Que fue lo que hizo? - pregunto Geir - ¿Cómo se convirtió en dos armas? - le pregunto a su hermana mayor.

Coaticlue tampoco entendía como esto está pasando y solo miro a Brunhilde en busca de una respuesta.

La hermana Hrist nunca fue una, su nombre significa la que tiembla y ruge - dijo Brunhilder - dos personalidades en un solo cuerpo... Ella es realmente única - dijo Brunhilder con calma.

Era de esperarse de mi hermana, ella siempre va un paso adelante - grito Geir admirando a su hermana mayor.

Realmente me asombra que hayas visto venir esto - dijo la diosa Coaticlue mirando con emoción la batalla.

Oh por todos los dioses... Esto era tan impredecible y oportuno - grito Brunhilde - la suerte está de nuestro lado... La batalla está ganada - grito descontroladamente mientras una gota de sudor salía de la frente de Coaticlue y Geir.

Shuumatsu no valkyrie pero con mexicanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora