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¡No sigas insistiendo, no me acuerdo!

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¡No sigas insistiendo, no me acuerdo!

Recibo un golpe una y otra vez hasta escupir sangre, un corte a la altura de la sien percato como se escurre invadiendo parte de mi ojo izquierdo y la otra siguiendo hasta quedar sin piel por recorrer. Me obliga a decirle en qué lugar se halla alguien que ni recuerdo.

- Te acuerdas de mí, Alan. Víctor, tu vecino, ¿te suena?

No tengo conciencia de nada, su nombre vanamente ayuda. Respiro agitado, mi nariz comienza, como canilla perdiendo, a sangrar, creo que me la ha roto. Una sensación extraña ocurre por todo mi cuerpo, mi corazón se altera, jadeo incontrolablemente, me sube por la garganta y devuelvo un repugnante vomito de sangre. La herida me está generando una hemorragia interna, necesito ser atendido urgente.

- A ver, quizás, esto te haga esclarecer tu mente, ¿sabes quiénes son? – acercándome una imagen de una mujer y una pequeña niña. Esa niña, llama mi atención, por alguna razón percibo una conexión.

- Esas dos son tu familia, tu familia. Y yo quiero recuperar la mía – se retiró unos minutos y volvió con unas cartas – a lo mejor con esto si recuerdas, lee en voz alta:

"Tus besos son mi adicción que no puedo dejar, dejar tal belleza de tus ojos verdosos que endulzan mis amores cultivan mi alma como flores, marchitan cuando te alejas y florecen como en primavera cuando te acercas. Querida Elena, riega mi alma como tierra, para fertilizar y penetrar mis semillas en ti"

Anonadado por completo, ese mensaje apuñala en lo profundo de mi alma, mi conciencia agoniza.

Volver otra vez, no se podía escapar de la realidad, Alan regresó afligido a su hogar

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Volver otra vez, no se podía escapar de la realidad, Alan regresó afligido a su hogar. La pequeña no estaba, aunque su esposa molesta e indignada por razones claras, no emitió palabra, permitió que las justificaciones por sí solas den cuenta de su disparate. Algo debía decir, o eso era lo mínimo que podía hacer.

- No lo vas a entender... Es una sensación de desahogo que necesitaba – explicó.

- Por supuesto, nunca voy a comprender para vos. La niña y tu novelita, lo único que te rodea, lo que importa.

- No es así. Tú conoces un fragmento de mi vida, no puedes objetar.

- Perfecto, tú tampoco. Me voy.

Sabía que no valdría la pena esforzarse por algo que no quería, a pesar de ello, también era consciente que ella esperaría una reacción por parte de él. Desafortunadamente, esta vez no ocurriría. Alan con los hombros caídos, la cabeza hacia abajo y una mirada penosa, ¿de alivio o de culpa?, quien sabe, quizás ambas. Solamente él tenía conocimiento de lo que le pasaba, de lo que sentía.

" Dejar de pensar en ti, es pedir suicidar mi alma abrupta, y está decidido que sin ti no viviría y tú sin mí tampoco. Secuestras mis sentimientos, y aplastas mi corazón".  



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Holaa, como andan? 

Ya estamos en la mitad de esta historia!!

 Vayan dejando sus comentarios si gustan.   

Cicatrices Profundas #AA2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora