𝐌𝐆𝐉 | Ella escribe una secuencia
de cartas en una libreta.
Su travesía en las tierras
altas de Escocia y aquel
escocés pelirrojo que la
cautivo por completo, cuyo
n...
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Querido diario
Había llegado a Inverness y me emocionaba lo que sucedería, me había encontrado con un foráneo inglés llamado Alan, es muy lindo conmigo, era su primera vez en Escocia igual que yo, y eso me emocionaba más de lo normal, tal vez porque podíamos descubrir los encantos de las tierras altas juntos.
Me contó que era abogado de profesión, pero le encantaba la historia, creo que eso facilitaría más nuestra aventura, yo no sabía toda la historia como tal, pero con él podría reforzar ese conocimiento.
Nuestra primera parada fue el castillo Leoch, o bueno, lo que quedaba de el, las ruinas se encontraban a unos cincuenta kilómetros al norte de Bargrennan.
Era sorprendente como es que aquella construcción había sobrevivido con el pasar de los años, en sus buenos tiempos devio ser impresionante verlo.
El camino de regreso fue entretenido, tanto que al otro día no paramos de investigar, indagar más de lo normal, parecíamos dos jóvenes universitarios en busca de información para un trabajo, casi para tesis, algunos pensarían que afición, pero era agradable saber algo más de Escocia.
Mañana, justo antes de que el sol saliera, iríamos a Craigh na Dun, el espectáculo que harían las Druidas en el famoso circulo de piedras, aveces me preguntó si mamá fue una de ellas, aunque siempre lo dude, ella nunca me lo confirmó.
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