Querido diario
Algo me había sucedido, no sé cómo describirlo, me causo un miedo indescifrable, indescriptible, no le encuentro lógica alguna, estoy en una época diferente, y tengo miedo.
Miedo al ser violada y casi asesinada.
Había transcurrido dos días y una noche, sino es que más, había perdido la noción del tiempo, pero aún los recuerdos siguen frescos en mi memoria, ni siquiera en el transcurso de este viaje logré escribir algo en el diario, recuerdo vagamente algunas cosas, otras definitivamente no.
Yo solo había regresado a Craigh na Dun como lo tenía planeado, y de repente un sonido zumbante en mis oídos me llevo a la roca más grande, mi mundo dió vueltas, solo desperté en el suelo, me dió pánico el saber que mi entorno había cambiado, aunque mi mente buscaba la forma más lógica y racional de explicar lo de aquel momento, solo camine, los disparos fueron lo que me sobresaltaron, más cuando una bala rozo por mi hombro, comencé a hiperventilar, y más aún cuando ví de lejos a un hombre cerca del rio, por un momento quería acercarme y pedir ayuda, pero al hacerlo, caí, me golpeé la cabeza, y antes de perder la conciencia, logré ver a alguien más vestido de casaca roja junto con una mujer desaliñada con vestido blanco, después todo fue borroso.
Cuando recobre la conciencia, en esos momentos lo primero que pasó por mi mente era «no debí traer vestido», pero en cierta parte era terca y hacia lo que se me venía en gana, lo que ocurrió en ese momento no vale la pena escribirlo, no quiero leer esto y sufrir por ello más de lo que hago en estos momentos.
Recuerdo vagamente el subir a un caballo junto con un hombre, el olor que emanaba de él no era el más agradable para mis fosas nasales, al lugar que me llevo parecía un refugio, y por las vestimentas de aquellos hombres, presentía que estaba en problemas.
Comprendía lo que decían, pero preferí callar, la mujer a mi lado; Claire Beauchamp fue la que hablo por mi, fingiendo ser mi media hermana, no entendía porque hizo eso, yo estaba en shock por lo antes sucedido que incluso el decir mi nombre fue como un susurro al viento, lento y lejano, casi inaudible.
Un hombre fornido, pelirrojo se había dislocado el hombro, Claire fue quien lo atendió, después de eso, salimos, el aire fresco y el olor a tierra mojada de la leve brisa de la lluvia me relajaba, era agradable, me hacía olvidar por un momento.
Veía como todos subían a los caballos, creo que puedo decir con firmeza que tenía miedo, podía ver a aquellos animales galopar desde lejos, pero jamás montarlos, por el simple hecho de no saber o porque cuando lo hice de joven, caí de espaldas.
Logré subir con un poco de ayuda, no sabía que mi acompañante sería el mismo pelirrojo, entre un poco en calor gracias a su capa, aunque sabía muy en el fondo de mi corazón que ya no me encontraba en el siglo XXI, no sabía que me esperaría, la esperanza de volver se hizo nula, me dirigía a un lugar en el cual seguramente me verían como forastera.
Creo que lo peor del viaje fue cerca de la Roca Cocknammon, el haber advertido, en parte fue bueno, creo que eso puso mucha duda en ellos, pero, como explicar algo que yo ya sabía, me tomarían de loca o algo peor.
Aunque después del intento de emboscada por parte de los ingleses, hubo complicaciones, tanto mías como de aquel pelirrojo que poco después me enteré que se llamaba Jamie.
Mi brazo comenzó a doler, parecía algo del destino que hubiera dos heridos por la misma causa; una bala, por un lado, eso me daría gracia, por el otro no, realmente no era agradable sentir aquel ardor en mi brazo.
El resto del viaje fue tranquilo, el Castillo Leoch aparecía en mi campo de visión, y realmente lo que ví de ruinas no era nada comparado a aquello que está viendo, el Lord de ese castillo, era nada más y nada menos Colum MacKenzie, lo supe al verlo asomándose por una ventana, parecía ser igual a como lo describían en los libros.
Lo que quería en ese momento era descansar, pero tenía que ir con Claire para que me curará el hombro, al igual que a MacTavish.
En ese mismo lugar escuché aquel relato que Jamie narro, me erizo la piel, no era grato oír eso, y ver sus heridas en la espalda removió algo en mi interior.
En ese mismo lugar me enteré con quienes me había encontrado; el capitán Jonathan Randall junto con el coronel Harry James Wellesley, ahora el hombre responsable de mis pesadillas.
Después de eso, decidí irme a la habitación que me habían asignado, necesitaba hacerme, y esconder el bolso que siempre traía conmigo, e incluso, tratar de dormir, aunque esto último no pude.
Deje que Claire se encargará de la "mentira", ni siquiera me importo presentarme a la cena, no me interesaba después de todo, solo quería estar sola, tal vez, debería salir y tomar aire fresco, o ver a los caballos de lejos, sería una buena distracción después de todo lo que me sucedió.
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MO GHRÀIDH JAMIE©
Fanfiction𝐌𝐆𝐉 | Ella escribe una secuencia de cartas en una libreta. Su travesía en las tierras altas de Escocia y aquel escocés pelirrojo que la cautivo por completo, cuyo n...