Ernesto Cázares: Entre El Dolor Y La Redención.

Capítulo 11: Recordando a los infieles.

Una vez que terminó la película, Fernanda y Ernesto se dirigieron a cenar. Realmente lo hizo olvidar por un rato sus problemas, aunque los malos momentos siempre se quedarán en su corazón. Igual tratará de salir adelante.
Su mamá los llamó a cenar y finalmente todos se sentaron. Hicieron waffles con malteada de frutas y todos se pudieron a cenar. De repente escucharon tocar la puerta y Fernanda fue la primera en levantarse y abrir. Y la que tocó fue María.

-¿Qué haces aquí, maldita perra?- preguntó Fernanda furiosa.
-Vine a ver a Ernesto.- responde María casi llorando, pero Fer no la dejó entrar y las dos empezaron a pelear.
Ernesto, al oir los gritos, decidió acercarse a la entrada y enfrentar a María.
-¿Qué haces aquí, María?- Gritó Ernesto y en eso se le brotaron las lágrimas al verla.
María quería volver con Ernesto, ya que en las últimas semanas Aris dejó de hacerle caso y que sólo salía con ella para molestarlo, pero Ernesto dijo que no quiere saber nada de ella. En eso Fernanda intervino:
-¡¡¡Deja de molestar a mi hermano, estúpida!!! Al menos en esta casa sabemos que no eres confiable. ¡¡¡Y lárgate de una vez!!!
María insiste en hablar con Neto, pero él le dijo que no.
-Ya sé porqué me engañaste. Para tí soy un perdedor y una basura. Y por lo tanto, no quiero gente que arruine mi autoestima. ¡¡¡Ya estoy harto!!! ¡¡¡Y vete de una vez por favor!!!

En eso Fernanda le vuelve a enseñar las fotos y videos en donde María y Aristeo se besaban, a lo que Neto le pregunta a María.
-¿Desde cuando hiciste esto?- Y sé que fue porque no soy tan hombre como mi hermano. Por eso me cambiaste.

En eso llegaron los padres de Ernesto llegaron a la sala y vieron pelear a Fernanda y a María peleándose otra vez en la casa de los Cázares.
-¿Qué haces en nuestra casa?- preguntó Doña Marigel.
María le respondió que quería resolver los problemas con Ernesto, pero que no la están dejando.
-Señorita, sabemos queveres una mala persona. Y por tu culpa nuestros hijos están peleados, por eso y más.
A María no le quedó de otra que confesar su infidelidad. Además, confesó que ella golpeaba y agredía a Ernesto cada vez que algo no le gustaba. Y en una de ellas él empezó a convulsionar y en vez de pedir ayuda, salió corriendo tras Aristeo.
-Por favor María, ya no hagas esto muy difícil y olvídate de mí, porque no perdono infidelidades. Te amé tanto y me pagaste con desprecio y malos tratos.- respondió Ernesto con lágrimas en los ojos. -Olvídate de mí y vuelve con Aristeo por favor.

Antes de que la situación empeore, María tiró la toalla y se retiró, no sin antes decirle llorando lo siguiente:
-¡¡¡Algún día te arrepentirás de haberme dejado, Ernesto!!!
-No me arrepiento. Además, tú fuiste la que me dejó primero. Ojalá logre encontrar a alguien que no se aproveche de mí ni me critique, mucjo menos me agreda por mi oscuro pasado, tal como tú lo has hecho.

María se retiró sin decir más y Ernesto se puso a llorar amargamente, lamentando su mala suerte en el amor. Su familia lo consolaba.
-Al menos ella no volverá aquí. Mañana la acusaremos con la policía. Ahora falta Aris de pagar.- Dijo Fer con algo de rencor al escucharla decir eso.
Después se pusieron a cenar, peto no lograron disfrutarla por el último momento incómodo y amargo. Más adelante todos se pusieron a acostar. Neto se puso a llorar aún más y recuerda lo que tuvo con María, que por cierto son más los malos momentos en los que lo maltrataba. Primero Aris, luego el campamento y ahora ella. En eso recordó las palabras de su hermana, en la que tiene derecho a vengarse, pero él no es de hacer malas acciones, ya que no quiere rebajarse a ese nivel. Igual luchará para que todos asuman las consecuencias.

SOUNDTRACK DEL CAPITULO: ME ENAMORÉ (ASPIRANTE).
EL BARCO (KAROL G).

Volviendo al campamento, Aristeo estaba en su cuarto con sus compañeros y aún recuerda lo que pasó con su hermano antes de su accidente. Sufría de pesadillas al respecto y decidió probar el alcohol para calmarse y olvidar sus problemas. Sus conpañeros en secreto solían traer licor para pasarla bien, a escondidas del Sr. Daniels. Ahora sí le cayó el veinte cayó el veinte y decidió ir a su oficina para confesar sus malas acciones, ya cayendo la noche.
-Sr. Daniels, tengo que confesarle algo.
El Sr. Daniels, sorprendido, lo recibió, aunque se sorprendió al detectar el aliento alcohólico de Aristeo. Al sentarse en su oficina, terminó por confesar lo que hizo con Ernesto y lo mal que lo trató y la infidelidad de su novia con él. El Sr. Daniels aún se sorprendió y lo regañó fuertemente, ya que es algo deshonroso y juró que no se volviera a salir con la suya. Finalmente Aris se retiró de la oficiba y se fue a su base con si equipo para estar solo.

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