1.-FUNERAL

328 49 34
                                    

 LOS ÁLAMOS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 LOS ÁLAMOS. NUEVO MÉJICO.

RANCHO LEE.

El reflejo que proyectaba el espejo de cuerpo entero pertenecía a un hombre rubio, joven y menudo. Negro era el traje que vestía; con manos torpes trataba de arreglar su corbatín por décima vez. [[Maldito moño, ¿No puedes simplemente quedar y ya? No pido mucho.]]

Sus pensamientos se detuvieron al momento de percatarse que su rostro no era el de siempre, alegre y lozano. Ahora estaba demacrado; y bajo esos hermosos ojos azules, que ahora estaban henchidos y rojos, se podían apreciar unas ojeras obscuras y pronunciadas; las cuales resaltaban aún más, haciendo contraste con la palidez de su piel nívea. Unas lágrimas nuevamente se asomaron rodando por sus mejillas. La vida le estaba propinando un golpe brutal. Algo que nunca esperó, por lo menos no así.

-[[¡Ohhh, Mark! ¿Cómo se supone que voy a sobrevivir?]] [[Te has ido para nunca volver, fuiste un mentiroso cuando prometiste cuidar siempre de mí.]]

El hombre cayó de rodillas y llevó sus manos temblorosas a la cara, sollozando fuertemente. Pucheros intermitentes, llenos de dolor se escuchaban sin parar. Su esposo había muerto en un accidente; se desbarrancó con todo y su caballo, provocándole multiples fracturas de gravedad; desgraciadamente no logró sobrevivir. El joven no lograba entender eso. [[¿Cómo pudo ser posible? Si tú siempre fuiste un experto jinete.]]

Unos suaves toquidos se escucharon en la puerta, pero hizo caso omiso a ellos; ni siquiera tenía fuerza para pronunciar nada. Quería que lo dejaran en paz; deseaba volver el tiempo atrás, y, que al despertar esa mañana, su esposo Mark le hubiese sonreído como siempre lo hacía; con una taza de humeante café en la mano listo para ser disfrutado. Pero para su desgracia, eso jamás volvería a ser posible. Ahora lo único que había era una maldita caja de madera y adentro de ella yacía el hombre que lo amó y que lo cuidó. Nada más que ese hombre. Había muerto. [[¡Maldita sea!]] Lo dejó solo, llevándose consigo su amor. Ya todo de ahora en adelante serían puros recuerdos; recuerdos que lastimarían cada día su alma. Porque ya no lo vería más, ya no le sonreiría, ni lo abrazaría; mucho menos escucharía su voz nombrándolo como lo hacía. "Bebé Tae". Estaba tan acostumbrado a los mimos prodigados por su esposo. Jodida muerte que ahora mismo danzaba allá afuera burlándose de su desdicha.

Al no recibir respuesta, la persona que tocó la puerta entró. --Mi niño, dice la capataz Majogan que ya llegó el reverendo Onew; viene con la carreta fúnebre para llevar al señor Mark al cementerio.

 --Mi niño, dice la capataz Majogan que ya llegó el reverendo Onew; viene con la carreta fúnebre para llevar al señor Mark al cementerio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
THE WIDOWER  (2 MIN)🔞 {EDITADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora