26. Perdón

467 86 81
                                    

Reproducir: Rival- Ruelle

—No, no, no.—mientras se hundía en el suelo, me arrastré hacia ella— Irene. No, esto no puede estar pasando. 

Mi mano se cernía sobre la herida. Era profunda, demasiado profunda para no ser fatal, a menos que sacara la daga antes de que la niebla pudiera penetrar su corazón por completo. ¿Podría hacerlo sin empeorarlo? No era mucho una elección. Si no lo hacía, ella moriría con seguridad. Agarré el mango de la daga.

—No va a doler.—poco a poco la saqué, pero sus gritos destrozaron el clamor de la batalla así que me detuve— ¿¡Por qué no puedo quitarte tu dolor!?—dije con las manos temblorosas.

—Solo hazlo.—murmuró.

Tenía que hacerlo, una vez más comencé a retirar la daga y sus gritos fueron más desgarradores que antes. Tan pronto como la hoja estaba libre de su pecho, apreté mi mano contra la herida, deseando que la sangre dejara de fluir. Ella no podía morir. No después de todo esto.

—Lo siento.—jadeó ella, sus ojos enrojecidos. Ella se estaba disculpando una vez más por ayudar a Kai— Pensé... pensé que era lo mejor, pensé...

—No, no hiciste nada malo.—sus labios intentaron alzarse en una pequeña sonrisa, y parpadeé rápidamente— Gracias. Siento siquiera haber dudado de ti.

—Tú... ¿me perdonas?—susurró con una lágrima deslizándose por el borde de su ojo izquierdo.

—Por supuesto. Eres mi amiga, eres mi hermana.—apreté mis labios en su frente— Te amo. 

Presioné mis manos contra su pecho intentado a aliviar su dolor como lo había hecho con Jisoo en el pasado. Pero no funcionaba. Un hilo de sangre escapó de la comisura de su boca mientras sonreía de lado.

—No duele... termina esto.—dijo, apenas audible. 

Por un horrible momento pensé que quería que la matara, pero envolvió sus dedos fríos sobre mi puño, el que sostenía la daga, y entendí. Ella quería que fuera por Kai.

—No te dejaré aquí.—acaricié su rostro con delicadeza.

—Aquí estaré, no me iré a ningún lado.

—Irene, no...

—Prometo quedarme. Ve.—ella apenas murmuró.

Miré por encima de mí hombro. Kai miró Irene, y a pesar de toda su postura, un shock innegable se extendió por su cara. ¿Por qué? ¿No era esto exactamente lo que había querido hacer?

No, esto fue un accidente. No había estado apuntando a Irene. Había estado apuntando hacia mí. De cualquier manera, no podía permitirme el lujo de darle la oportunidad de construir sus defensas. En un instante, fui hacia su tobillo, y la sombría satisfacción me llenó mientras la hoja atravesaba la piel y el hueso.

Colapsando en el suelo, gritó, un horrible, desgarrador sonido resonó a través de cada célula de mi cuerpo. Con fuerza sobrehumana, agarró mi mano, luchando para sacar la daga. Pero ejercí más presión sobre ella evitando que si quiera se moviera un centímetro.

—Se acabó, Jennie. Déjalo ir.

Mientras trataba de quitarme la daga, la agarró de la filosa hoja cortando sus palmas, y su sangre fluía libremente por mi brazo. Comenzó a levantarse del suelo utilizando su cuerpo más grande y pesado para derribarme hacia atrás. 

—Te mataré por lastimar a Irene y a mi familia.—dije con voz profunda, apretando los dientes con fuerza.

Mientras quedaba atrapada entre el suelo y su cuerpo sus dedos se hundieron debajo de los míos, y comenzó a extraer la daga de mi mano. La dirección de la daga comenzó a cambiar y ahora se acercaba con amenaza hacia mí.

GODDESS RETURN | JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora