First love/Late spring ♡ Kyman

I really wish I hated you

I REALLY WISH I HATED YOU

Una semana había pasado desde la última vez que Kyle le había hablado. Desde entonces, Cartman había dejado de tomar las medicinas y lo único para lo que se levantaba de la cama era para estar con Kenny esnifando y fumando. Ninguno de los dos se pedía explicaciones mutuamente, así que eran la compañía perfecta. Esta vez sí que la había cagado, estaba hasta arriba de mierda, no podía pasar ni un segundo sin ir drogado o pensar en Kyle.

Cada noche antes de caer rendido y dormirse miraba el móvil fijamente a la espera de algún mensaje suyo, de cualquier señal de vida, pero cada vez se encontraba el mismo vacío. Era como una enfermedad que cada vez iba a peor, sus pensamientos cada vez se deterioraban y se mezclaban hasta el punto de maquinar planes, de pensar en volver a irrumpir en la habitación de Kyle, de secuestrarlo, de cualquier cosa con tal de que el pelirrojo no saliera de su vida.

Al dejar los medicamentos, Cartman volvía a sentir, volvía a renacer paulatinamente aquella inmoralidad que lo había acompañado tantos años. No le importaba nada en absoluto, ni siquiera había vuelto a hablar con su madre. Lo único que le había dicho era que no se atreviera a volver a mandarlo con la psicóloga, que solo estaba en el proceso de curación y que todo eso iba a llevar un tiempo. ¿Qué sentido tenía ya mejorar?

—Tío —Kenny murmuró, sus ojos se cerraban solos y no paraba de toser mientras reía—. ¿Qué pasó con Kyle, tío? A mí tampoco me habla, ¿sabes? —carcajeó.

—Nada —respondió lentamente—. No estamos hechos para... ser amigos, nos odiamos a muerte.

—Mis cojones —arrastraba las palabras con pesadez, como si le costase mucho hablar—. Estabas colado por él, tío.

—Creo que acordamos de no preguntar nada, Kenneth.

—Sí, pero esto no tiene que ver contigo. No del todo. Quiero saber qué le pasa a Kyle, por qué coño a mí tampoco me contesta, tío. Todo iba bien.

—¿Recuerdas la conversación que tuvimos tú y yo solos hace casi dos meses?

Kenny asintió, aunque Cartman dudaba si siquiera había entendido la pregunta. Aun así, decidió seguir explicándole.

—Cuando te dije que todavía estaba obsesionado con Kyle y bla bla bla...

—Seh... ¿qué pasa? ¿Le has hecho algo?

—¡Qué no, joder! —bruscamente Cartman golpeó la mesa y posteriormente paseó sus manos por sus cabellos—. No le he hecho NADA.

Últimamente estaba mucho más irascible, la agresividad era su respuesta ante cualquier tipo de amenaza. En general, estaba cabreado, muy dolido, y Cartman era capaz de todo cuando se sentía destrozado.

—Joder —con su cabeza dando vueltas y perdido en un subespacio que solo existía con las drogas, Cartman decidió sincerarse por primera vez con Kenny—, estoy enamorado. Estoy muy enamorado de Kyle —admitirlo en voz alta era como echarle sal y limón a la herida, incluso un nudo se formó en su garganta impidiéndole hablar unos segundos—. Estoy tan enamorado que duele. Es una puta mierda, cuando se lo dije me rechazó, me rechazó sin pensárselo... y...

Sin querer, Cartman comenzó a llorar. Había pasado años, literalmente años desde la última vez que lloró. Era una sensación tan lejana que parecía irreal, etérea. Lloró lo más fuerte que pudo, y no solo por Kyle, sino por el cúmulo de emociones y de problemas que había estado escondiendo. Era una buena forma de desahogarse, mucho mejor de lo que recordaba, pero ese alivio no era ni una tirita para el dolor que sentía.

Kenny colocó una mano sobre el hombro de Eric y acarició suavemente esa zona. Nunca había visto a Cartman tan vulnerable, por lo que no tenía ni idea de cómo actuar ni de qué decirle. A lo mejor el silencio era la mejor opción hasta que se calmara. Durante largos minutos, Kenny estuvo simplemente con su mano apoyada sobre Cartman escuchándolo llorar mientras él seguía fumando. Poco a poco, los sollozos se detuvieron hasta convertirse en tan solo una agitada respiración.