La Banda

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Eran pocos los rayos de sol que entraban por esa pequeña ventana. Sin embargo, el ambiente no se sentía deprimido.

El verde cabello de Kojiro caía sobre su sudorosa frente. Ahora se arrepentía de nunca haber puesto más ventilación en su gimnasio personal. Nunca le había molestado el calor, a fin de cuentas, casi siempre estaba ejercitándose. Pero ahora, el sótano era también su estudio.

Ya habían pasado unos meses desde que retomó sus clases de guitarra y se decidió por empezar a componer canciones.

–I wanna f*ck you love slow– cantaba en voz baja –Catch my heart, go swim. Feel your lips crush– murmuró –Hold you here, my loveliest friend–.

Hizo una mueca, arrugó el papel y lo lanzó.

Parte de él sabía que era estúpido buscar confesarse con una canción ¿Cómo estaría seguro de que Kaoru entendería que era para él? Temía hacerla demasiado obvia y personal. Necesitaba algo fresco y pegajoso. Algo que estaba seguro de que le encantaría a su mejor amigo. Aunque no fuera personalmente su estilo.

–¡Ey, Kojiro!– abrió la puerta su hermano menor –Ya es hora de ir a la escuela–.

–Ya voy, Reki– gritó como respuesta.

Tomó el papel y lo metió en su mochila. Después de todo era todo lo que tenía.

Los hermanos empezaron su rumbo a la escuela.

–Miya ¿Qué te he dicho de comer en mi auto?– lo miró por el retrovisor.

–Pero no he desayunado– gruñó el menor de la familia –Ayer me desvelé acabando tareas y tengo clase en media hora–.

Kojiro giró los ojos y devolvió su mirada a la autopista.

–¿Cómo vas con tu canción?– preguntó Reki.

–Oh vamos ¿Enserio crees que la hará?– se burló el otro.

–Cállate, Miya– lo regañó para después devolver su mirada al mayor –¿Entonces?–.

–Es más complicado de lo que esperaba. Todo es demasiado personal y... No estoy seguro de nada–.

–Pues creo que deberías apresurarte ¿Hoy no hacías audiciones para formar la banda?–.

–Sí– suspiró.

–Pues necesitarán cosas que practicar–.

–Ya lo sé– bufó –En estos momentos solo espero encontrar buen talento. Si me voy a declarar, debo hacerlo bien. Esto significa que nada de arrepentimientos o miedo. Kaoru sabrá lo que siento por él– tragó saliva –Aunque pueda arruinar nuestra relación para siempre–.

–Pues yo creo que te complicas mucho. Solo debes decir "Oye, me gustas ¿Quieres salir conmigo?" Así lo hacen la mayoría de chicas conmigo– habló Miya.

–Las has rechazado a todas– frunció el ceño.

–Bueno, dije que YO les gustaba a ellas, no al revés–.

–Gracias por el apoyo, hermanito–.

–Cuando quieras– sonrió.

El resto del camino fue en silencio.

Al llegar a la escuela, cada uno se fue por su lado hacia su edificio.

–Ey, gorila idiota– se acercó su mejor amigo a Kojiro –¿Qué tal? ¿Listo para tus audiciones?– se burló.

–Ríete todo lo que quieras, pero cuando sea famoso no vengas a pedirme un autógrafo– bromeó.

–Lo que digas grandulón– sonrió –Oye, te quería hablar sobre algo– buscó en su mochila –Intercambio de invierno en París ¿Qué te parece?– le acercó un volante.

–¡Wow! Suena asombroso ¿Irás?–.

–La verdadera pregunta es si iremos– respondió.

–Oh, no lo sé. Suena caro–.

–¡Esa es la mejor parte! Mis padres dijeron que podían pagar tu viaje también– se emocionó –Les comenté que estaba algo deprimido porque al graduarnos tú te irías a estudiar a Italia. Así que me ofrecieron esto– se sonrojó –Nuestra última gran aventura juntos–.

–Oye, no tiene que ser la última– tomó su mano –Cuando vuelva seremos el dúo dinámico de nuevo. Patinando todo el tiempo y...

–Te recuerdo que seremos adultos para ese entonces– lo interrumpió –Reemplazarás tu skateboard por un sombrero de Chef–.

–Y tú tus piercings por un pincel– murmuró –Pero ey, nos conozco. Encontraremos la manera de estar juntos– le tendió el puño.

–¿Eso es un no entonces?– correspondió el saludo de mala gana.

–¿Bromeas? Es un claro que sí– posó su puño en su pecho –Divirtámonos en París–.

Escucharon la campana sonar.

–Vamos a clases– soltaron al unísono.

El día pasó con relativa normalidad. Los amigos estuvieron bromeando durante la mayor parte de las clases.

Al llegar la hora de salida, Kojiro se dirigió al auditorio. Donde serían las audiciones.

Los primeros chicos en pasar no eran muy buenos. Pero se veían apasionados. Los hubiera contratado al instante de no ser porque quería que su declaración a Kaoru fuera perfecta.

–Emm hola– subió un chico al escenario.

Se veía muy fuerte e intimidante, pero muy inseguro en el escenario.

–Hola– hablo el peliverde –¿Cómo te llamas?–.

–Hiromi– tartamudeó un poco.

–¿Y qué sabes hacer?–.

–Oh, toco la batería– se sentó detrás del instrumento.

–Pues adelante–.

Kojiro se congeló al escuchar el primer golpe. Nunca había visto a alguien sudar por tan solo tocar. Tenía pasión y talento. Justo lo que necesitaba.

Después de él llegó un chico llamado Oka. Su manera de tocar el bajo era hipnotizante y divertida.

Su sonrisa se amplió.

Al fin tenía a su banda.

Cherry Blossoms (JoexCherry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora