Cherry Blossoms (JoexCherry)

Epílogo

Abrochó su corbata con delicadeza. Sus finos y delgados dedos se encontraban cansados gracias a su constante uso de la pluma, pero jamás perdería la oportunidad de arreglar su marido.

–Gracias, cariño– lo besó el peliverde.

–Hay que irnos ahora o llegaremos tarde– le sonrió Kaoru –¿Y qué clase de padrinos seríamos si es así?– rio.

–Estoy enserio nervioso– confesó Kojiro –¡Y ni siquiera es mi boda!–.

–Si te pones así con Reki y Langa, no me quiero ni imaginar como estuviste durante la nuestra–.

–Me desmayé– lo miró.

Su esposo soltó una carcajada.

"En otras noticias, la famosa tecladista, Kiriko Kamata, volverá a Okinawa para un concierto de beneficencia. Donde también hará presencia el grupo 'Love Hug'" escucharon en la televisión.

–¿Quién diría que yo iba a cantar con ella a los karaokes?– murmuró el pelirrosa.

–¿Quién diría que formó parte de nuestra banda por un tiempo?– agregó.

Ninguno mentía. Después de que Ainosuke se enterara de que dejaron a Kaoru irse con el cuaderno, los presionó tanto con ser perfectos que terminó alejándolos.

Mientras que Takashi tomó un rumbo diferente y comenzó a enfocarse en la poesía como Miya, Kiriko no se dio por vencida. Fue con 'Cherry Blossoms' pidiéndoles una oportunidad. Cosa que alegró a Langa, ya que en tiempos de exámenes ella solía suplirlo.

Fue escalando hasta convertirse en la estrella que es el día de hoy.

Oka y Hiromi también contrajeron matrimonio. Fue un evento muy sencillo y de pocos invitados.

Ahora ambos tenían sus propios negocios. Uno de venta y reparación de instrumentos, por parte de Oka, además de clases de bajo. Y una florería con el pelinaranja.

Reki y Langa contraerían nupcias ese día y todos estaban emocionados.

Subieron al auto y llegaron a la iglesia.

Cada uno de los novios se encontraban en diferentes cuartos. Ya que Kaoru era padrino de Langa fue a buscarlo. Mientras que Kojiro fue con su hermano.

–No puede ser– soltó el peliverde al abrir la puerta –Ni para tu propia boda te peinas–.

–¡Llegas tarde!– lo regañó el menor –Los citamos hace media hora– señaló el reloj.

–No evadas lo que te dijo– habló Miya –También creo que deberías arreglarte más–.

–¡Estoy peinado!– gritó –Hasta me hice una cola de caballo– modeló –Como sea, Kojiro ¿Trajiste lo que te pedí?–.

Este asintió y sacó una pequeña bolsa de su bolsillo.

–No entiendo por qué me culpas por llegar tarde cuando lo que me retrasó fue tener que encontrar esto– se la dio –A todo esto ¿Qué es?–.

–Un dije que le diseñé– les mostró –Un símbolo de infinito por que eso somos– sonrió –Soy el mejor esposo del mundo ¿O qué?– fanfarroneó.

–Pues se ve barato– contestó el menor.

–¿¡Qué dijiste!?– gritó.

–Chicos– se asomó Oka, otro de los padrinos de Langa, por la puerta –Ya es hora–.

–Vamos– dijeron los hermanos al unísono.

Cuando Kojiro y Miya entraron, Langa ya estaba en el altar. Junto con todos sus acompañantes. Solo faltaban ellos. Entonces tomaron sus posiciones.