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T/N salía del trabajo, exhausta de limpiar toda la suciedad del lugar, el ambiente estaba tenso, era un día nublado y no se sentía segura de camino a su departamento, tenía el presentimiento de que en cualquier momento pasaría algo malo.

Llegó a su casa sin problema alguno, durante el camino no encontró alguna otra persona, las calles estaban solas y parecía como si se hubiera quedado sola en el mundo ya que ni autos vio pasar.

Le sorprendió y asustó el hecho de que la puerta del departamento estuviera abierta. Pensó que alguien se había metido a robar las pocas pertenencias que tenía.

Al llegar al marco de la puerta vio la figura de un hombre ni alto ni bajo, con una complexión delgada y si sus ojos no la engañaba, cabello corto. Estaba a oscuras así que no podía apreciar con precisión quien era.

—¿Quién eres? —preguntó T/N.

No recibió respuesta alguna. Había un silencio que daba miedo, lo único que se escuchaba era la respiración agitada de la chica. Entró al departamento para ver de quien se trataba, pensó que no había peligro pues ya le hubiera hecho algo.

—¿Quién eres? —volvió a preguntar— ¿Te conozco?

La puerta detrás de ella azotó ocasionando que se cerrara. T/N miró hacía la puerta y después nuevamente al hombre que esta vez pudo observar perfectamente quién era.

—¿Qu... Que... Qué haces aquí? —dijo nerviosa— Tú... No deberías estar aquí... Aún te quedan varios años... Tú te... ¿Te escapaste? ¿Cómo?

Estaba asombrada de verlo ahí. Poco a poco fue dando pasos hacía atrás caminando hacía la puerta.

—¿Así es como recibes a tu padre? —tenía una sonrisa malévola— Te extrañé mucho mi niña, ven y dame un abrazo.

Se dirigió hacía T/N quién ya había llegado a la manija de la puerta e intentaba abrirla en vano pues estaba trabada.

—No... No te acerques —advirtió.

—Ay mi pequeña T/N —había llegado hasta ella y la abrazó. Hizo que colocara su cabeza en su pecho y comenzó a acariciar su cabello— Cuánto te extrañé, cada momento que pasé encerrado, solo pensaba en regresar contigo —T/N intentaba zafarse de su agarre pero como sí estuviera hecho de hierro, no podía separarse de él—, quería regresar contigo... Y bueno... Terminar lo que empecé.

Con un movimiento rápido y violento, arrojó a T/N al suelo. Del bolsillo trasero de su pantalón sacó una soga, la misma soga con la que intentó asfixiarla la última vez. La chica intentando escapar de él, trató de arañar su rostro y en ese momento se dio cuenta que la persona que estaba encima de ella, ya no era su padre.

—Ba... Baj... Baji.

—Cállate pendeja, ¿enserio creíste todo lo que te dije? Ni en toda una vida podría querer a alguien como tú, ahora entiendo porque tú padre te intentó matar, ¡estarás mejor muerta! No sabes cuanto había esperado este momento —presionaba con todas sus fuerzas la garganta de la chica mientras tenía una cara de felicidad en su rostro.

De la misma forma como sucedió la primera vez, siguió luchando en un intento de quitarse a Baji de encima, no fue hasta que se quedó sin aliento y cayó inconsciente que finalmente despertó de su pesadilla.

Despertó exaltada por el sueño que había tenido, tenía la respiración agitada, las lágrimas le corrían por sus ojos, su corazón latía velozmente y con ambas manos agarraba su cuello. Intentó hacer el menor ruido posible para no despertar a Baji quien dormía a lado suyo, pero el chico ya se había despertado.

Sola (Baji x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora