Epílogo

353 44 11
                                    

Era un día normal en la tienda de mascotas. Baji colocaba a un gato dentro de su jaula, Kazutora se encontraba detrás del mostrador y Chifuyu había salido a comprar la comida. Habían pasado varias semanas desde la muerte de T/N pero el ambiente en el lugar era melancólico, quien entrara podría percibir como sí algo hiciera falta y el que más lo sentía era Baji.

Terminando de dar la comida a todos los gatos del lugar, decidió tomarse un descanso en lo que llegaban más clientes. Kazutora se sentó a un lado de su amigo.

—Lo que llevas atado a la muñeca —observó— ¿Es el pañuelo de T/N?

—Sí —lo sujetó.

—¿Fuiste a su casa a robarle sus cosas? No me digas que tienes una copia de las llaves.

—Ojalá hubiera tenido una copia, me hubiera evitado pagar una puerta —señaló— Deja de decir estupideces y que no te importe como lo conseguí. 

—¿Hasta cuando la vas a superar?

—No sé porque me preguntas eso —se levantó del lugar para alejarse de su amigo. 

—Yo sé que te tomará tiempo, pero no me gusta que estes así, Baji. Se siente una energía muy triste desde que no está.

—¿Qué esperabas, Kazutora? —estaba exaltado— ¿Que solo lloraría una vez y ya la superaría? ¿que diría bueno, ni modo las cosas pasan por algo y olvidaría todo lo que viví y sentí por ella de un día para otro y podría seguir mi vida como antes? No, Kazutora, aunque no lo quieras aceptar algo cambió durante estos meses y no podré volver a ser el mismo.

—Baji, tienes que continuar con tu vida, si no lo vas hacer por ti, hazlo por ella —Kazutora colocó su puño en el corazón de Baji— A la rata no le gustaría que te detuvieras por su culpa.

—Aún muerta le sigues diciendo así —rió.

—La costumbre no se olvida —suspiró—. Yo también la extraño, ya la estaba empezando a querer.

El sonido de la puerta al abrirse interrumpió su conversación. Chifuyu iba entrando con las bolsas del almuerzo mientras cargaba en sus brazos a un pequeño gato gris con rayas negras. Baji quedó paralizado al ver al gato pues era idéntico al que T/N una vez había ganado cuando fueron a la feria. Inmediatamente sintió una conexión con el animal.

—El pobre gato no paraba de maullar afuera de donde compré la comida —empezó a contar—, le pregunté al dueño si sabía de quien era y me dijo que desde hace mucho tiempo nadie llegaba a recogerlo. No podía dejarlo solo así que lo traje —Baji se acercó a Chifuyu, este pensando que le ayudaría con las bolsas de comida pero en realidad tomó al gato en sus brazos.

—Está muy flaco, sabrá dios cuanto tiempo lleva sin comer —observó Kazutora.

—Yo lo alimentaré, ustedes coman —dijo Baji llevando al gato a un cuarto donde estuvieran solos.

Cerró la puerta, colocó un plato con comida frente al gato 

—Yo te cuidaré —acariciaba su cabeza, podía sentir los pequeños huesos por lo flaco que estaba— Te llevaré a casa y serás mío, te llamaras Bani. Nada malo te pasara de ahora en adelante, es una promesa que esta vez no romperé.

Mientras miraba al gato comer desesperadamente, comenzó a recordar a T/N, no tenía idea del porque, pero le recordaba mucho a ella. Era como si su esencia hubiera pasado a aquel gato después de su muerte.

Una vez se aseguró que el gato estuviera bien alimentado y no corriera peligro, entró al cuarto donde guardaban sus pertenencias personales para retirarse de encima el delantal que usaba como uniforme y en su lugar colocarse una chaqueta negra de cuero. Tomó su mochila y salió del cuarto.

Sola (Baji x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora