Capítulo.11

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Ambos estaban callados; realmente no sabían qué hacer; después de todo, ahora que sabían del segundo género del contrario, es obvio que estaban en peligro si la APE se enteraba de esto. Dazai estaba algo abrumado. Esto complicaba más las cosas. Ahora entendía por qué el contrario le llamó mucho la atención; su maldito lobo inconsientemente lo hizo elegirlo.

—Deja de hacer eso —reprendió el pelinaranja.

—Literalmente solo estoy sentado en este sofá, no estoy haciendo nada.

—Tu aroma, es... un petrus amargo... Odio eso.

—Pues lamento que mi aroma no sea de tu agrado.

—Yo no dije eso, no coloques palabras en mi boca —le observó enfadado.

Chuya desvió la mirada mientras se abrazaba a sí mismo. Dazai notó esa acción y bajó su aroma. Eso hizo que el pelinaranja cerrara sus ojos más tranquilo. Dazai sonrió ante su cara de tranquilidad y se levantó para acercarse; al quedar frente a Chuya, este le observó sin emoción alguna.

—¿Qué tipo de lobo eres?

—¿Por qué te lo diría?

—Curiosidad, dependiendo de tu raza sé como es tu personalidad.

—Sabes que eso es una mentira vil.

—Solo dime.

—Tu...

—Yo haré lo mismo, así que habla.

—Steppe Wolf...

—Lobo de la estepa, ¿qué normalmente no son grises? Tú tienes el cabello naranja-rojizo; eso es extraño.

—Hay lobos que parecen naranjas; con eso basta, ¿tú qué eres?

— Alexander Archipiélago Wolf, realmente es lo que más me parezca.

—Tu cola y orejas... tienen sentido.

—Hablando de eso, muestramélas —dijo mientras tocaba la espalda baja del pelinaranja.

Chuya por instinto lo empujo, pateó y se aferro al escritorio que estaba ahí. El castaño desde el suelo le miró ofendido. No lo hizo con doble intención; solo tenía curiosidad. No había muchos omegas y alfas a su alrededor, al menos no uno como Chuya.

—Eso fue doloroso.

—Es tu culpa por tocar sin permiso

El castaño permaneció en el suelo, y ladeó su cabeza, sacando su cola y orejas. Muy pocos alfas y omegas tenían esa cualidad, solo los que han podido crecer en libertad y con la mayor paciencia para llegar a convertirse en un lobo real, aunque normalmente no lo hacen porque no es necesario; solo cuando están anidando por sus cachorros de ahí en más, no hay necesidad de eso.

Chuya le observó con curiosidad; normalmente los ojos de Chuya parecen vagos y sin emoción alguna, como un mar profundo dispuesto ahogarte en el primer momento, pero esta vez parecía el cielo con nubes tenues. Chuya se acercó a Dazai y, sin pedir opinión, tocó sus orejas. Dazai solo dejó que sintiera el tacto.

—¿Por qué tú sí puedes tocarlas y yo no? Oh, espera, ¿tú no puedes hacer esto?

—Puedo, pero Randou dijo que no lo hiciera a menos que estuviera frente a alguien muy especial.

—Soy tu esposo.

—Por error

—Me tienes confianza.

—Eso es una vil mentira —Chuya inconscientemente estaba soltando su aroma, embriagando un poco al castaño—. Tus orejas son lindas, igual que tu cola.

—Lo agradezco, pero los alfas no adoramos que nos digan lindos.

—¿Por qué no? —le observó confundido.

—Tú... no has convivido nunca con alfas ¿verdad?

—Paul es uno, pero siempre agradece que le llame lindo, al igual que la mayoría de niños de mi mansión.

—¿Tú cuidas cachorros de alfas?—le observó sorprendido.

—Mi orfanato es más una fachada para rescatar a alfas y omegas de la APE; les educamos para defenderse, los criamos y les mostramos cómo lidiar con su naturaleza, pero nunca conviví con un alfa que no sea un niño o Paul, eres el primero.

—Por esa razón querías llevarte a Atsushi. ¿Cuando te diste cuenta que era omega?

—Tiene olor a leche; eso es raro en un beta, a menos que sea una mujer amamantando, que no es el caso. Él olía a leche porque aún no ha madurado en su totalidad, a menos que apenas estés controlando tus aromas, porque recientemente están enseñando a hacerlo.

—Atsushi hace 3 meses se dio cuenta de que era un omega; todos pensamos que ya lo sabia, pero al parecer no.

—Eso tiene un poco de sentido; aún sus feromonas no se desarrollan —Chuya mordió un poco la oreja de Dazai, a lo que este solo movió su oreja—. ¿Por qué no te duele?

—Soy muy tolerante al dolor. ¿Sacaste sangre?

—Un poco —le mira mientras se lame los labios— eres un alfa dominante.

—Y tú, un Omega dominante, por eso eres un altanero, más de lo que sería un Omega normal.

Chuya le examinó por un momento y sacó unas orejas y cola de color naranja, mientras se sentaba en el regazo de Dazai, quien solo le miraba fascinado. Estuvo a punto de tocar sus orejas, hasta que Chuya le mordió la mano para evitar que lo haga, su mano sangraba un poco.

—¿Es necesario estarme muriendo?

—Querías tocarme, no me gusta.

Dazai le miró unos momentos y después la cola del contrario, quien la movía con diversión. Algo estaba en esta situación; olfateó el aroma y suspiró.

—Te embriago mi olor, no solo por ser feromonas; es alcohol, no eres muy bueno con él.

—No sé de qué hablas. Volvió a morderle la mano. — Estoy bien.

—No lo estás, me estás haciendo daño, ¿por qué tus colmillos hacen tanto daño?

Apartó su mano y agarró del mentón al pelinaranja que se negaba en abrir la boca; para su mala suerte, Dazai logró que la abriera y comenzó a examinar los colmillos del contrario; eran muy filosos; eso se debía al desuso de estos; eso solo indicaba que Chuya rara la vez le daba uso a esa forma, aún si es solo para mantener su apariencia.

—¿Por qué no quitas esta apariencia?

—No puedo estar así todo el día, tengo deberes —le mira molesto y con un puchero. — Además, los niños juegan mucho con mi cola y orejas; ellos hacen que mi pelaje tenga estética y se esponje o me muerden mis orejas.

—Es lo que estás haciendo conmigo, entonces no es falta de responsabilidad, es precaución.

—Si... Tengo calor

—Como dije, alguien no se dio cuenta de que estaba entrando en celo, y ahora, gracias a mi aroma, tu sello apareció más rápido.

—Cuarto.

—Te llevaré a una habitación, pero quita tu cola y orejas.

—¿No son lindas?

Esa pregunta le sorprendió, más decidió no tomarle importancia; más al ver a Chuya al borde de las lágrimas, decidió responder.

—Son lindas, pero recuerda que nadie debe de enterarse de que eres un Omega, así que guárdalas y vayamos a la habitación.

Chuya pareció meditarlo con un puchero y asedio. Dazai y él guardaron las orejas y cola, para después él cargar al más bajo, quien solo se acurrucó contra su pecho... Dazai resopló y se fue directo a la habitación de él. Kunikida los vio irse y reprenderlo, pero al ver la oreja de Dazai que sangraba levemente decidió acompañarlo.

Matrimonio por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora