II

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Snape se levantó temprano, como ahora tenía a un ser humano que mantener, debía preparar todo para que cuando Harry despertara no tuviera que hacer más nada que comer e ir a jugar en la sala con Draco, quien llegaría en unas horas.

Bajo las escaleras y cuando llego a la cocina casi le dan 3 ataques de pánico y 2 paros cardiacos, el pequeño Harry estaba ahí, sobre una silla, en frente de la estufa, Snape palideció y grito, cosa que espanto a Harry, ocasionando que este se callera de la silla, en un movimiento instintivo, Snape lanzo un conjuro que transformó la silla en un cojín suave en dónde estaba 100% seguro de que si Harry caía ahí no se iba a lastimar.

—Oww... —Protesto el infante.

—¿En qué pensabas Harry? ¡¿Sabes lo PELIGROSO que fue eso?! —El adulto se había acercado al niño para comprobar de que no tuviera ninguna quemadura o golpe.

—Yo solo...estaba tratando de preparar el desayuno...

En ese momento Snape comenzó a atar cabos, Petunia y Vernom tenían a Harry de esclavo, como un elfo domestico, no eso no iba a quedarse así, tendría una sería conversación con ese palito viviente y su obeso esposo, se iban a arrepentir de todo lo que hicieron, claro, no puede lanzarles una maldición (una lastima), pero nadie lo va a detener en cumplir su venganza.

—Ve a la sala a descansar un poco, Harry, yo...yo haré el desayuno.

El pequeño miro con ojos inocentes al mayor, para luego ir a la sala a acostarse en el sofá y dormir un poco más.

Severus hizo un desayuno nutritivo para Harry, que consistia en unas tostadas, huevos revueltos con la cantidad exacta de sal y jugo de naranja.

—Cuando termines de comer puedes ir a bañarte y ponerte algo cómodo, hoy va a venir una visita.

—¡Esta bien!

Harry comió lo más rápido que pudo y corrió hacia el baño, se aseo y se puso unos pantalones deportivos grises, con una camisa blanca, suéter azul y zapatos negros, Snape no quería que Harry usará túnicas aún, lo veía muy pequeño para eso.

De repente y sin previo aviso, de la chimenea salió un hombre alto y rubio, de tez pálida y ojos grises, y seguido de el salió un pequeño igual al mayor.

—Me gustaría quedarme, pero tengo que ir a resolver algunas cosas Severus, espero lo entiendas.

—Esta bien, ya vete.

Lucius puso cara de ofendido ante tal respuesta, pero no perdió tiempo y se esfumó en las llamas de la chimenea.

Mientras con dos los niños, a Draco le brillaban los ojos con solo ver a Harry, pero Harry sentía un poco de miedo, mil escenarios nada bonitos pasaron por la cabeza del pequeño, hasta que este sintió unas palmadas en la espalda.

—El no te hará nada Harry, intenta ser su amigo.

El pequeño Potter obedeció, y se acercó al rubio, quien se emociono más al tener al individuo cerca.

—H-Hol.. — Harry no tuvo tiempo de terminar su frase porque fue interrumpido por Draco.

—¡Hola! — El rubio embosaba una sonrisa hermosa— Mi nombre es Draco, Draco Malfoy, ¿Cómo te llamas?, ¿Quieres ser mi amigo? Tu pelo se ve raro, ¿Por qué no...

—Draco deja que hable.

—Cierto, perdón...

—Mi nombre es Harry...Harry Potter, y yo...yo...me gustaría ser tu amigo.

—¡ESO ES GENIAL!

Los dos pequeños eran opuestos, pero de alguna forma lograron encontrar cosas en común que les gustará y terminaría pasándola bien esa tarde, hasta que llegó la hora de irse, y ahí es donde empezó el drama.

—¡No me quiero ir! — Protestaba El rubio antes su padre, quien por tercera vez me decía que tenían que irse.

—Draco...

—¡Si nos vamos quiero que Harry venga conmigo! — Y camino hacia su "amigo" para abrazarlo de manera posesiva,mientras que el de cicatriz solo se quedaba inmovil, sin saber que hacer ante la situacion.

—Podemos llevarlo a la mansión en otro momento si quieres pero-

—NO.

Severus encontraba divertida la situación, definitivamente Draco tenía un carácter muy fuerte y no importaba que tan difícil era algo, si había algo que el quería, lo iba a conseguir de cualquier manera.

—Severus, ayúdame.

—Lo siento Lucius, pero yo no me quiero entrometer.

—Eres un hijo de...-

Mientras Lucius insultaba a Severus, este ultimo estaba apunto de cargar a Harry, cuando recibió un golpe de una mano pequeña.

—Mi Harry.

Severus no puedo evitar reírse a carcajadas, estaba seguro de que con el paso del tiempo, Draco le pediría a Lucius que comprará a Harry, sería un momento bastante cómico.

—Bueno, pueden quedarse a dormir.

—Severus...

—Callate, no hagas que el pequeño dragón se enoje más por querer quitarle a su presa.

Lucius no tuvo más remedio que seder, y volvió a desaparecer entre las llamas, Severus debía ir por comida mañana, pero por ahora debia preocuparse en tratar de que Draco suelte a Harry para que este vaya al baño.

~

Toda la mansión estaba sumida en un silencio casi palpable, y Severus estaba tomando unos tragos de whisky de fuego en la cocina, entre sus más vagos pensamientos se acordó de Albus.

—Viejo idiota...— Murmuro enojado

Severus había acumulado algo de rencor hacia Dumbledore, debido en las condiciones en las que había dejado a Harry, era algo horrible, cuando se tomó el último trago, se levanto de la silla y caminó lentamente hacia un perchero para tomar un abrigo y salir de la mansión procurando tener su varita en mano.

Severus Snape era alguien muy rencoroso.

Los dos contra el mundo ~Severitus~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora