Jeon Jungkook reside en un pequeño pueblo donde el empleo escasea y solo unos pocos disfrutan del privilegio de una vida cómoda. Tras el fallecimiento de su padre en un accidente de fábrica, su madre cae en la locura absoluta.
La esperanza ilumina s...
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Jungkook caminó directo hacia la librería con el extraño libro guardado dentro de su bolso. No obstante, no dejaba de sentir los hombros pesados, al igual que las piernas; era algo bastante peculiar, como si hubiese pasado demasiadas horas bajo el agua.
Antes de salir de su hogar, no se encontró con su madre en ningún momento; tal vez ella aún no salía de su habitación, lo cual era lo más probable, ya que no le gustaba salir de la casa debido a que en el pueblo era considerada como la «viuda loca» que a donde sea que fuese no era bien recibida debido a sus deudas.
De hecho, era una gran suerte que él fuera bien recibido por la gente del pueblo, aun sabiendo que era su hijo. Seguía sin comprender muy bien la razón, pero no todos le trataban tan mal; un ejemplo claro era el dueño de la biblioteca que siempre frecuentaba y a la cual acudía en ese momento.
Después de algunos minutos, Jungkook finalmente había llegado a la pequeña biblioteca. Sin muchos rodeos, reguló su respiración y con urgencia gritó. — ¡Hyo-ri! —, provocando que la chica dormida en el mostrador diera un salto asustada por el repentino grito.
— ¡¡Oh, Dios!! ¡Jungkook! Ni siquiera te escuché entrar. Tienes los pies tan ligeros como una pluma. ¡Me diste un susto de muerte! — Colocó una mano sobre su pecho, tratando de tranquilizar su corazón alterado, acomodó los lentes sobre su sien y desvió su vista al pequeño reloj redondo colgado sobre la pared, frunciendo el ceño mientras miraba a Jungkook con intriga. — ¿No es muy temprano para venir a leer? Apenas son las diez de la mañana…
— Lamento haberte asustado — murmuró Jungkook, una pequeña disculpa por haber entrado con tanto alboroto. — Tengo que mostrarte una cosa… ayer sucedió algo extraño con el libro — dijo mientras abría su bolso con una mano y, con dificultad, trataba de sacar el libro.
Hyo-ri se acomodó en su silla movida nuevamente. Al escuchar a Jungkook hablar sobre el libro, no pudo evitar alzar una mirada inquisitiva mientras cuestionaba.
— ¿El libro? ¿Te refieres al libro que no le pudiste regresar a ese chico que nadie conoce, pero tú recuerdas?
— Ohm… sí, ese — respondió. Inhala tratando de contener sus nervios por lo que le va a contar. Hyo-ri es su única conocida y casi hermana, era normal que tenga miedo de que esta lo tache de lunático. — Anoche el libro hizo algo muy raro, míralo, pero no te asustes, ¿sí?
Hyo-ri suspira y decide escuchar al menor con atención. — Bien, ya deja todo el misterio y dime qué es lo que sucede con el libro.
Jungkook la mira con ojos de cachorro mientras murmura nervioso — Hyo-ri, promete que me vas a creer, promételo.
Después de unos segundos, la mayor solo asiente y responde — Lo prometo. ¿Por qué tanto misterio? Eso ni siquiera parece un libro, parece más una libreta de notas o algo así — ambos juntan sus meñiques marcando una pequeña promesa.
