Capitulo 11: Ojos oceanicos

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— Oye tú, ¿A dónde se supone que estamos yendo?

Jungkook, con la boca llena de caramelos, respondió — ¡A la biblioteca! Quiero ver si hay libros nuevos y… también tengo ganas de ver a alguien que conozco.

El gato negro a su lado soltó un gran bostezo y pronunció — Si quieres un libro, ¿por qué no solo lo pides como un deseo?

Jungkook guardó la bolsita de dulces que minutos atrás el gatito le había dado y respondió — No, solo tengo tres deseos, así que quiero gastarlos sabiamente. Además, la librería no está tan lejos; solo entramos para ver qué libros nuevos hay, los tomo prestados y nos vamos al parque de ayer para leer. ¿No es una genial idea?

Jimin estaba a punto de decir algo al respecto; sin embargo, al notar al joven chico humano tan alegre, no le quedó de otra más que guardarse su humilde opinión.

Esa mañana, Jungkook se había despertado con un humor de maravilla y gracias a esto es que se levantó con ganas de querer disfrutar cada pedazo de día con el gatito a su lado.

Quería llevarlo a conocer más lugares del pueblo, mostrarle sus libros favoritos, compartir gustos y, en pocas palabras, pasar el día lo más genial que se pudiera.

Al llegar a la biblioteca, el gato se transformó nuevamente en un joven chico guapo y siguió al “niño” por los pasillos que esta tenía. Jimin miró con curiosidad el lugar, pensando que era bastante silencioso y relajante.

Sin embargo, su cuero cabelludo comenzó a picar cuando vio que el chico torpe de enfrente comenzaba a tomar muchos libros entre sus brazos. Al notar que la pila de libros solo se hacía cada vez más grande, no pudo evitar exclamar agraviado — ¿Para qué necesitas tanto libro? ¿Qué, acaso quieres llevarte la librería entera o qué mierda?

Jungkook se detuvo abruptamente y miró sorprendido al chico más bajo que él. Se acercó y dijo — En primera, mi nombre es Jungkook, no “Niño”. En segunda, ¿acaso dijiste una mala palabra? Te ves tan elegante que pensé que no hablabas mal.

Jimin se alejó un poco de la cercanía de Jungkook, pues la altura de este le daba una sensación desagradable de inferioridad debido a que nunca había conocido personas más altas que él.

En cambio, cuando conoció al niño… ¡Este era casi una cabeza más alta que él! Jimin jamás se había considerado pequeño, pero al verle a él… «¡No! ¡Espera un segundo! Su estatura está perfectamente bien, la culpa es del niño que creció demasiado. ¡Hump!»

Jungkook miró confuso al chico esperando su respuesta, pero el gatito parecía tener una lucha interna consigo mismo. Después de varios segundos, Jimin se cruzó de brazos y le miró con la barbilla en alto y respondió, ignorando olímpicamente lo primero que había dicho Jungkook.

𝚃𝙷𝙴 𝙱𝙾𝚈 𝙰𝙽𝙳 𝙷𝙸𝚂 𝙼𝙰𝙶𝙸𝙲𝙰𝙻 𝙲𝙰𝚃  | ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora