Día 1... Ella.

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Eran cinco en punto de la mañana, ella despertaba tan sonriente pues le encantaba ir a la escuela y más porque era su primer día de clases en su nueva escuela. Era tanta su emoción que quería llegar media hora antes a su escuela; ella contenta bajaba a desayunar pues aunque su mamá no estaba sentía que la comida de su papá era hecha por su mamá.

Ya era la hora para irse y como siempre desarreglada pero con su media coleta, que encantaba a todas las personas, iba a la escuela sonriendo y cantando su canción favorita.

"Ella vive en una canción de amor que viene y va, ella trata de gozar aunque el corazón le duele más.."

Al llegar al salón sonrió a todos con su sonrisa cautivadora y ellos deleitados por ésta le regresaban una. Ella con miedo a participar en clases se sentaba en medio del salón. Al tomar asiento todos los que estaban a su alrededor le comenzaron a hablar y ella contenta les hablo sobre el porqué se cambio de país. Entre todos esos chicos había una mujer sonriente que le pregunto su nombre.

-Me llamo Yezmín. ¿Y tú?
-Mariam.

Como ella había sido la única en preguntar su nombre decidió sentarse con Mariam para tomar el desayuno. Platicaron acerca de muchas cosas y se divirtieron bastante.

Yezmín no creía mucho en esas cosas de la amistad debido a problemas que había tenido pocos años atrás, pero no estaba cerrada a ser sociable con los demás. Le gustaba mucho tener a alguien a su lado pero le gustaba más estar sola.

Después de tanto platicar no se dieron cuenta de que había hecho tarde para entrar a su siguiente clase así que corrieron lo más rápido que sus pies pudieron hacia su salón, pero al ver que la puerta estaba cerrada decidieron ya no entrar ya que en el reglamento pedían puntualidad en todas las clases. Entonces Mariam tuvo una idea.
-Vamos a escondernos.
-¿Escondernos? Nunca he hecho eso.
-Dicen que siempre hay una primera vez.
-Pero ¿en dónde?
-Tú sígueme.

Ambas corrieron hacia las canchas de la escuela, que se ubicaban al fondo de ésta y nadie se acercaba ahí.

Comenzaron a platicar acerca de su vida.
-¿Y de dónde vienes?- preguntó Mariam.
-De Italia, pero me vine a México hace tres años. Estuve en el Distrito Federal y ahora estoy aquí.
-¿Por qué te viniste?
-Por el trabajo de mi papá.
-¿En que trabaja?
-Es piloto.
-¡Wow! ¿En serio?
-Sí.
-¡Que padre! ¿Y tu mamá?
-Emmm- la cara de Yezmín cambio; se veía triste pero alegre al mismo tiempo. - Ella... ella...- su voz titubeaba.- Ella murió. Donó su corazón para que yo pudiera seguir disfrutando de la vida.
-Huy perdón.
-No te preocupes.
-¿Hace cuanto pasó?
-Hace dos años.
-¿Y por qué tu papá no donó el suyo?
-Mi mamá no lo permitió. Ella sabía que él y yo podríamos salir adelante a pesar de su ausencia. ¿Y tú? háblame de ti. ¿De dónde vienes? ¿Para que existes?
-Bueno yo siempre he vivido aquí, tengo un hermano y somos mellizos.
-¡A que interesante!
-Sí. Mis papás están casados aún, él trabaja en una fábrica y mi mamá se queda en casa a hacer el aseo como una buena mujer.
-Oooh ya... pero ¿para que existes?.- a Yezmín le gustaba hacer esa pregunta y se desesperaba cuando la evitaban.
-Pues... nunca había pensado en eso. ¿Y tú? ¿Para que existes?
-Pues para sonreír. Para poder sacarle una sonrisa a los demás... bueno eso creo.

Entre tanta platica perdieron la noción del tiempo y se dieron cuenta de que habían perdido las dos últimas clases. El timbre sonó y ambas caminaron hacia la salida. Ellas contentisimas de haberse conocido se despidieron. Yezmín comenzó a caminar hacia su casa con pasó lento y Mariam buscó a su hermano para poder irse.

Debido al pasó lento que Yezmín llevaba se encontró con Mariam quién la saludo desde el otro lado de la calle. Yezmín respondió a su saludo y sonrio, pudo notar que a su lado había un chico muy parecido a Mariam. Se le hizo un chico tímido y no muy agraciado.

«Un chico normal pero un poco diferente.»

Pensó.

El amor que no es amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora