Todo por tí {Luisa Madrigal y tú}

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⚠️¡¡Advertencia!! Contenido +18. No me hago responsable si algun@ se llega a traumar⚠️

El beso fue subiéndose de tono. Le mordí el labio inferior y la volví a besar.

Ella empujó mi cintura para apartarme de ella.

— Ésto está mal. A ti te gusta mi prima o una de mis hermanas — dijo apenada.

— A mí me gustas tú — se sorprendió por mi confesión.

— ¿Es enserio? ¿Yo? Habiendo personas mejor que yo ¿Te has fijado en mí?

— Vales más de lo crees linda — puse mis manos en su cuello. — Cualquier ser humano que te conozca bien caerían rendidos a tus pies — la volví a besar.

Ella acarició mi mejilla y paso un mechón de mi pelo por detrás de mí oreja.

— Te amo — me besó.

El beso se volvió a subir de tono. Bajo los tirantes de mi vestido provocando que cayera al suelo. Sus besos bajaron hacía a mi cuello. Lo chupo, mordisqueó, hizo lo que quiso con el. Yo soltaba pequeños suspiros. Sus dedos rozaron mis brazos bajaron hasta al costado y apretó mi trasero.

— ¿Estás segura que quieres tener tu primera vez conmigo?

— Contigo hasta el fin del mundo voy si hace falta linda — se sonrojo y me volvió a besar.

Me tumbo en la cama y sin dejar caer todo su peso se colocó encima de mí. Sus besos fueron a mi cuello y volvió a hacer con el lo que quiso. Su mano bajo hasta mi intimidad. La masajeó por encima de las bragas.

— Está muy mojada está zona cariño — bajo sus besos hasta mi pecho.

Quitó el sujetador. Chupo y mordisqueó mis pezones.

— Ah... — gemí.

— Música para mis oídos — me besó.

Quitó mis bragas y volvió a acariciar mi clítoris.

— Ésto va a doler ¿Sí? — asentí.

Metió un dedo dentro de mí. Espero a que me acostumbrará. Mientras me empezó a dar besos por toda la cara. Una vez que me acostumbré empezó a mover su dedo dentro de mí. Gemí sin pudor. De seguro que con la música de la fiesta no me escucharán. Gemí más alto cuando introdujo un segundo dedo.

— Ahh... Mommy... Ahh — paro sus movimientos y me miró sorprendida — ¿Qué pasó?

— Me dijiste mommy — me sonrojé. — Me gusta — me miró con picardía.

Siguió moviendo sus dedos dentro de mí. Por favor está mujer lo hace tan bien la jodia. ¿Hay algo que haga mal?

Unas embestidas más y me corrí. Ahora era mi turno.