Fabulas

Obediencia

Un niño Ingles vivía con sus padres en la Península Arábiga, en “Saudí Arabia”.

Sus padres constantemente le decían que siempre se pusiera los zapatos, y el niño entendía el por qué.

Sabía que los zapatos le protegerían los pies de los muchos peligros que hay en el desierto, como las víboras, los escorpiones y las espinas.

Una mañana, tras haber acampado durante la noche en el desierto, decidió ir a explorar los alrededores, pero en vez de ponerse los zapatos, se puso unas chanclas.

El niño se dijo a mí mismo que, en cierta manera, las chanclas eran zapatos. Y además, ¿qué podría pasar?.

Al caminar por la arena fresca con sus chanclas sintió algo como una espina que se clavaba en el arco del pie.

El niño bajo la vista y vio que no era una espina, sino un escorpión que le había picado, y comenzó a sentir un punzante dolor que se le subió por la pierna, y pensó que se iba a morir.

Grito muy fuerte y pidió auxilio. Sus padres fueron corriendo a auxiliarlo. Lo subieron a un auto y cruzaron el desierto a toda velocidad hasta llegar al hospital más cercano, que estaba a dos horas.

Cuando llegaron al hospital, el doctor le puso un anestésico que le durmió la pierna y le quitó el dolor. En un plazo de veinticuatro horas ya no sentía ningún efecto de la picadura del escorpión.

El niño, ese día aprendió una gran lección: El hacer caso omiso a lo que sus padres le habían enseñado, le trajo grandes y fuertes consecuencias.

MORALEJA: Seamos obedientes a los consejos sabios de nuestros padres. No seamos como este niño que hizo caso omiso de lo que sabía que es correcto; y pasó por alto lo que sus padres le habían enseñado repetidas veces.

Si somos perezosos y un poco rebeldes, pagaremos el precio por ello