CAPITULO 14

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MIA
Temperatura:  7.2°C

Es  de  mala  educación  mirar  a  alguien fijamente,  pero  la  mejor  parte  de mirar  a  una  persona  que  esta  sedada es  que  ellos  no  saben  que  lo  estas haciendo,  y  la  verdad  era,  que  no podía  dejar  de  mirar  a  Scott. 

Si  el asitiera  a  la Univeraidad,  probablemente pasaría  desapercibido  como  un  chico emo,  o  tal  vez  como  un  miembro perdido  de  los  beatles pero eso seria si el tuviera la misma edad que yo, era evidente que era años mayor.
El  tenía  ese look  de  cabello rojizo desaliñado  y  una  interesante  forma  de  nariz  que  una  chica  nunca  podria  tener, su piel era palida, una palidez con efecto de porcelana.

Él  no se  parecía  en  nada  a  un  lobo, pero a la vez  lucía  igual  a  mi  lobo,  incluso ahora  sin  sus  familiares  ojos  abiertos, una  parte  de  mi  seguía  saltando  con una  alegría  irracional,  recordandome a  mí  misma  de  que  era  él.

- Oh,  querida,  ¿aún  sigues  aquí?,  yo pensé  que  ya  te  habías  marchado - Me dí  la  vuelta  para  ver  entrar  a  una enfermera,  su  indentificación mostraba  el  nombre  de  Sunny.

- Me  voy  a  quedar  hasta  que despierte,- me  sostuve  de  la  cama  del hospital  como  para  probar  lo  díficil que  les  sería  separame  de  aquí.  Sunny me  sonrió  con  pena. 

- Él esta maravillosamente sedado  querida, él no va a desperta  hasta  mañana. 
Le devolví  la  sonrisa,  mi  voz  era  firme, - Entonces  ese  es  el  tiempo  que  me  voy a  quedar. 

Yo  ya  había  esperado horas  mientras  removian  la  bala  y cerraban  la  herida,  ya  tenía  que  ser más de  media  noche.  Seguía esperando  sentirme  adormilada  pero estaba  antenta.  Cada  vez  que  lo  veía era  como  otro  salto.  Se  me  había ocurrido  que  mis  padres  no  se  habían molestado  siquiera  en  llamar  a  mi celular  cuando  habían  regresado  de  la inauguración  de  la  galería  de  mamá. Probablemente  ni  habían  notado  la toalla  húmeda  de  sangre  que  utilizé para  limpiar  rápidamente  el  piso,  ó  el hecho  de  que  el  coche  de  papá  no estaba  en  el  garage,  ó  tal  vez simplemente  aún  no  habían  llegado  a casa,  la  media  noche  era  temprano para  ellos, alguien  pudiera  pensar  que  una  chica  que  asiste  a  la  universidad  deberia  de  ser  aun  más  independiente  sin  embargo  siendo  hija  unica  sentia  una  doble  responsabilidad  por  el  bienestar  de  mis  padres.

La  sonrisa  de  Sunny  se  mantuvó  en  su lugar.

- Es incomodo lo que preguntare pero, ¿es tu profesor?, o quizas sea ,¿tu hermano?.

- Ninguna de esas dos - dije con una sonrisa.

- esta  bien -  dijo  ella.  - Sabes… él tuvó  mucha  suerte,  que  la  bala  no hiciera  más  daño -  sus  ojos  se iluminaron.

- ¿Tú  sabes  porqué  lo  hizó? -,  fruncí el  ceño,  mis  nervios  estaban  revueltos.

- No  la  entiendo,  ¿me  esta preguntando  porqué  el  estaba  en  el bosque?.

- Querida.  .  . tu y yo sabemos que él no  estaba  en  el  bosque -,  yo  levanté una  ceja,  esperando  a  que  ella  dijera algo  más,  pero  no  lo  hizo. 
Entonces respondí, - Sí, él estaba allí, un  cazador le disparó accidentalmente.

No  era  una mentira,  bueno  excepto  la  parte  de ‘accidentalmente’, yo estaba  muy segura de que no había sido un accidente.
Sunny  solo  me  miró  antes de  decir.

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