[Suga POV]
Después de correr a la mala al pequeño fastidioso de mi cabaña, retomé mis actividades. Me aseguré que se alejara lo suficiente y finalmente pude respirar en paz.
Eran las 11 de la mañana y él aún no se había ido. ¿Qué acaso cree que esta es su casa? Yo me levanté a las 8 y fui a hacer las compras, pasee un poco el parque y al regresar lo vi admirándose al espejo. ¿Por qué se veía al espejo? No es que fuera realmente hermoso... bueno, era aceptable. De acuerdo, sí era hermoso pero no tanto. Es decir tenía lindos ojos muy profundos, un cuerpo increíblemente hermoso, un gran culo que me costaba apartar la vista de él y unos labios bastante tentadores y... No deberías estar pensando en él. Fui a la habitación y tendí la cama. El muy maleducado ni se había molestado en tenderla al menos. Finalicé y regresé al cuarto principal, mi teléfono comenzó a sonar.
— ¿Sí? —Pregunté — ¿Ya lo hiciste? —Preguntó la voz del otro lado — Aún no... Tuve…Una pequeña distracción —Suspiré y agité mi cabeza — Necesito que estés listo antes de septiembre — Lo sé, aún necesito los boletos —Pasé mi mano por mi cabello — ¿Y cuándo los conseguirás? — Espero que en unas tres semanas a más tardar — Sabes que no puedes hacerlo solo... ¿verdad? — No te preocupes —Observé la camiseta del pequeño mocoso— tengo un posible candidato — ¿Un? — Sí, un chico — ¿Asesino a sueldo? — No, adolescente aparentemente normal... pero sé que tiene algo oculto — Más te vale que no te atrases, necesito que llegues acá cuanto antes — Estaré allí a tiempo — Te esperaré.
Colgué y suspiré. Bien, podía darle al pequeño mocoso una semana de vida en paz y luego iría a buscarlo... a menos que me encontrara primero. Me quité la máscara y le deposité en la mesa, me acerqué a la silla y observé la camiseta desgarrada del mocoso. La hice bolita y la boté, no la necesitaba. Saqué las cosas que había comprado en el supermercado. También tengo una vida normal, no siempre soy asesino. También tengo una identidad (con nombre falso obviamente) donde hablo con la gente y voy a comprar cosas. La mayoría de las cosas eran sopas instantáneas, barritas, fruta y algunas botanas. Comenzó a hacer calor así que agarré mi toalla, salí y comencé a caminar en dirección al río. Llegué en unos pocos minutos, me quité la ropa y me lancé al agua. Salí y me quité el agua del rostro, me pasé la mano por el cabello y observé el cielo. El sol era radiante, pasaban las aves volando en el cielo azul. Comencé a nadar para despejar mi mente y hacer un poco de ejercicio. Siempre fui muy buen nadador, adoraba el agua... pero más la sangre. Las horas pasaron y finalmente decidí salir.
Me sequé y observé mi ropa. Me di una palmada en la frente —Maldita sea, el mocoso se quedó con mi sudadera —Murmullé
"Idiota"
"Eso no habría pasado si no lo hubieras corrido tan bruscamente"
"Me fastidia estar tanto tiempo con él"
"Acostúmbrate que estarás mucho más tiempo con él"
"Necesitaré librar mi estrés a través de él"
"No suena tan mala idea" "La verdad no"
Me volví a vestir.
Comencé a trotar un poco por el bosque, tomé el camino largo hacia mi cabaña que era por la carretera. Observé el pueblo a lo lejos, puede que necesitara unas cosas más antes de mudarme. No tendía a estar mucho tiempo en un mismo lugar por seguridad.
Comencé a caminar en dirección al pueblo y no pasó mucho tiempo hasta que llegué a las grandes fuentes. Un grupo de chicas me observaron y me sonrieron, rodé los ojos y no pude evitar sentir cierta repugnancia. ¿Qué tienen las mujeres con nosotros los homosexuales? Bueno ya sé que soy de belleza ilegal pero se ven realmente patéticas. De acuerdo, a veces me gusta tirarme mujeres pero sin duda los chicos bonitos me van mejor. Lo peor es que no saben que le están sonriendo a su famoso Suga. Si tan solo supieran… Me acerqué a la farmacia, necesitaría vendas, alcohol y curitas por si las dudas.
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asesino de princesas
FanfictionEsta no es una historia con un final feliz. Esta no es una historia de cuento de hadas. Esta es la historia de mi vida, de mi desgracia. Yo no soy un chico normal, siempre supe que no lo era. Yo siempre fui un pequeño monstruo que les deseaba el...