DETRÁS DE UNA RELACIÓN AJENA.

TAXI.

_Discúlpame. No sé en que pensé, tal Vez pensé que no sería bueno que ustedes se vean_ dijo un Norman un poco avergonzado.

_Te equivocaste.

Melissa se sentía muy enojada y a la vez triste. Ya que Norman de alguna manera quería sacarla de su vida, al menos eso ella creía.

Las miradas dentro del taxi eran totalmente distantes y carecían de esperanza, ambos sabían que las cosas estaban por llegar a un fin si uno de ellos no intervenía rápido.

_Ya no puedo más_ dijo fríamente Melissa.

Se sentía mísera y diminuta en ese momento, no se atrevió a mirarlo, quería ocultar su tristeza y sus ojos empapados en lágrimas, sintió claramente el nudo en su garganta que cada vez que emitía una palabra, este crecía más.

En ese momento recordó aquel día en que Norman la besó por primera vez. Y ese simple recuerdo fue más que suficiente para romper en llanto.

_¿Eres una mala persona, lo sabías?_ dijo ella en medio del llanto desenfrenado.

_¿No recuerdas?_Una vez te dije que iba a ser la peor persona del mundo y tú no me creíste.

Un silencio banal se presentó en el taxi, ellos no tenían ni idea que el taxista los estaba filmando, lo cual claramente iba a perjudicar a ambos. La prensa diría muchas cosas y obviamente vinculará a Norman con Cecilia y la imagen de Mcbride quedaría por los suelos.

_¿Puedo ayudar en algo?_dijo el taxista claramente con no buenas intenciones.

Norman lo miró con desdén, estaba furioso consigo mismo. Se sentía basura y en su mente repetía el mismo mensaje...La cagué...

_!¡Llévame al Trump Tower ahora mismo!_ exigió Melissa.

_¡Eso no!_ ya confirmé que iríamos, no puedo cancelar a último momento, lo siento_ dijo Norman.

Melissa no dijo ninguna palabra, sólo abrió la puerta del taxi bruscamente, Norman en el afán de detenerla se le abalanzó, dejándola inerte en un segundo.

Estaba muy atemorizado, temió, temió por ella, por perderla, estando sobre ella sólo podía imaginar su delgado cuerpo rodando por las pistas de un Chicago en "hora punta"

_No te quiero perder jamás, no quiero, Cecilia es un juego para ganar más popularidad, no es importante en mi vida. Es una persona superficial, tú más que nadie sabes lo mínimo que me importa esas cosas, pero también sabes que la gente tiene un mal concepto de mí, mírame a los ojos y dime una vez más que no sientes absolutamente nada por mí, dímelo y te dejaré caer_ una mirada perspicaz en el rostro de Norman se presentó, él sabía que Melissa nunca diría que no siente nada por él, lo diría por no caer al vacío o simplemente porque realmente lo quería. Sabía que sólo podrían ser dos posibilidades.

Con las palabras de Norman los ojos de Melissa se calmaron, pero al sentir su cuerpo junto al de Norman el corazón le empezó a latir a cien, pensó que tendría un paro cardíaco, la pregunta de Norman le cayó como un empujón hacia la pared y junto a esto una espada en su cuello, ella estaba entre la espada y la pared, literalmente. Miento.

Melissa sentía mucho por Norman.

_Sí, no me dejes caer_Respondió Melissa.

_Nunca lo haré_ Sonrió Norman.

La jaló del brazo y la sostuvo apasionadamente. Tal vez más fuerte que siempre.

El taxista grabó absolutamente todo.

El trayecto al canal de televisión era realmente largo, el taxi aún no llegaba a su destino.

Norman estaba bastante callado mirando a través de la ventana del vehículo, observaba las nubes oscuras con ganas de echar algunas cuantas gotas.

_¿Que haces?_ preguntó Melissa.

_Recordando, todos los momentos que hemos pasado juntos_ ¿Recuerdas el día en que te dije que no quería ser sólo tu amigo? Recuerdo bien tu nariz totalmente roja, recuerdo perfectamente que te comparé con Rodolfo el reno...

_Eso era antes, sólo han pasado 6 meses desde que me dijiste eso, y ahora no es lo mismo, tú eres distante, las cosas han cambiado drásticamente, antes salíamos a diario, éramos algo mejor, créeme extraño eso.

_¡Pueden hablar más fuerte!_dijo drásticamente el taxista en su desenfreno en registrar todo lo ocurrido.

Norman reaccionó mal al darse cuenta que el taxista los grababa...