Solo caminé

23 5 0
                                    

—¿Mí mayoría de edad?—Me dije a mí mismo mientras bajas las escaleras de la casa de Carolina con desánimo—  Mierda, me puse a pensar de nuevo.

El camino a mi casa fué distinto, tenía dinero para el bus pero decidí caminar el trayecto, como de costumbre me metí las manos en los bolsillos y caminaba. Notaba como la noche oscurecia tras mis pasos, el ambiente seguía fresco, mientras llovía dentro de mí.

Me dí de cuenta de que perderme y recuperarme yo mismo era fácil, solo por una simple pregunta me confundí hasta los más profundo y empecé a pensar en mi futuro... ¿Qué haré? ¿Qué llegaré a ser? ¿Con quién estaré? ¿Dejaré de dejar ser un chico dominado por la lujuria y el amor y me concentraré en mí? Tenía tantas preguntas para mí mientras caminaba, sentía que tanto mi cuerpo y mi mirada se notaban perdidas, la verdad si estaba perdido.

Quería concentrarme en el camino y poder mirar el horizonte mientras lo hacía, pero solo me concentraba en pensar mientras mi cuerpo de manera automática caminaba hacía mí casa.

Siempre he sentido que he dado lo mejor de mí, pero solo noto que la gente solo se burla de mis sentimientos.

Ya he llegado a la mitad del camino, y solo me he hecho esas preguntas una y otra vez sin buscar respuestas, creo que mejor tomaré un tren para llegar.

Esperando el tren dejé solo por un momento de estar en mí y escuché una conversación de un chico y una chica que al parecer discutían sobre la existencia y el control.

—Solo somos hormigas, solo que de distintos hormigueros.— Dijo la chica.
—Pero, lo que hagamos en grande se podrá notar aunque sea en éste hormiguero en el que estamos. No es probabilidad, es un hecho— Dijo el chico buscando un positivismo en la metáfora de la chica.
—Pero— hizo una pausa dramática necesaria— ¿Cuál es el sentido de marcar algo en la historia? ¿Hay necesidad de querer ser reconocido? Y si es así... ¿Es por querer atención o por colaborar con la sociedad?
—Atención— Dijo el chico con seguridad— Nadie que sale de éste bajo mundo hace algo grande sin querer tener atención aunque sea de decenas de personas.

Llegó el tren y al abordar ellos se quedaron, lamenté eso porque quería escuchar más la conversación, era algo interesante la idea que solo somos hormigas y nuestro hormiguero era éste planeta. La idea de que solo luchamos en grande por buscar atención y así sentirnos satisfechos es algo que cambia los términos, algo que más que una locura habla de realidad, la mayoría quiere ser famoso; un gran doctor; actor; filósofo; escritor; astronauta; cualquier cosa.

Me hizo pensar en que solo estamos para marcar una diferencia, no hacer las cosas por altruismo, solo hacemos un bienestar por atención.

¿Quiénes somos? ¿Seres que solo se crían por la doctrina del egoísmo gracias a la sociedad? La respuesta es un rotundo sí.

El tren partió y me invadió un profundo sueño... Y cuándo los abrí, ya estaba en la estación en la que me bajo.

Me bajé y seguí caminando hacía mí casa, era relativamente temprano para la noche, apenas eran las 8:50 p.m. decidí comprarme una botella de ron, quería tomar y poder dormir; eso es lo que me cura, lo que me concila el sueño, se que me daña, pero me ayuda.

—Jajajaja increíble que mí única compañía personal sean cosas materiales y de poca duración— Me dije con tono de ironía.

No era de sorprenderse, por más que Carolina se haya converu en mi primer amor, gracias a mis padres he aprendido a que nadie me quiere escuchar. Me pierdo en vicios, en pasatiempos o hablando conmigo mismo para poder liberarme de lo que me atomenta.

Después de comprar la botella compré algo para cenar, mi papá me había escrito que depósito dinero por si no quería comer en la casa, le había dicho que compraría de cenar para mí, que cocinara para él. Él piensa que tengo gustos excéntricos y que gasto dinero en comidas caras, pero la verdad solo compro comidas sencillas alcohol y cigarrillos.

Llegué a la casa y él iba saliendo, no me dijo que lo acompañara, solo me dijo “tengo que trabajar ahorita”. Él no tiene trabajos de noche, de seguro está saliendo con alguien y piensa que me afecta, la verdad no me importa, pero me molesta que no sea directo conmigo.

Entré y me dirigí directo al baño, me quite la ropa y aún olía a Carolina. Pude notar como en medio de tanto caos en mí mente sonreí al oler lo que quedaba de ella en mí, era divino y algo bipolar, ¿Cómo podía estar pensando en preguntas que me confunden mientras sonrío al oler la felicidad que aún no sé si destruiré en unos meses?

Solo me reí de mis preguntas y me bañé para tranquilizarme un poco y lo logré, solo por unos momentos.

Un día, a día.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora