ꜥ ҂ ੭⠀(uno) ︙ olvidar

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Camina alegremente por las mojadas calles de la ciudad, sonriendo en grande porque hoy va a ver a su persona favorita

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Camina alegremente por las mojadas calles de la ciudad, sonriendo en grande porque hoy va a ver a su persona favorita.

Retiene un chillido de emoción al pensar en él; su chico.

Aprieta el osito más a su cuerpo, tratando de cubrirlo con su casaca para que no se estropee hasta llegar a donde desea.

Es feliz.

Rodea el perro que está siendo mojado por el agua, su corazón late desesperadamente por verlo en ese estado.

Hasta que una idea surca en su cabeza.

La botella que lleva siempre con él.

Como puede hace que el animal termine tendido en una superficie más seca, se pone de cuclillas y saca el frasco de su bolsillo. Limpia con su mano el suelo, vertiendo un poco de galletitas para canes ahí.

Comienza a comer con rapidez.

Acaricia su cabecita, rezando internamente para que una buena alma se hiciera cargo del perro. Él no puede llevarlo consigo y eso le duele mucho.

Vuelve la vista cuando siente su naricita golpeando su palma, a causa de la mirada triste del can, termina poniendo lo restante.

—Eso es todo lo que tengo, cariño —susurra, parpadeando para espantar las lágrimas.

Un suave ladrido es emitido por el descuidado labrador. Una pequeña sonrisa es plasmada en el rostro del ojiambar.

Sin pensarlo dos veces, retira su gruesa chaqueta que lo protege del frío para ponerla sobre su cuerpo. Su reacción al principio es la que no esperaba, es como si supiera que el pelirrojo está muriendo de frío, pero aun así siguió insistiendo.

—Tú la necesitas más que yo —murmura, rascando detrás de su oreja—. Estaré bien, bonito.

Antes de ponerse de pie, quita la billetera que está en la casaca.

—Nos vemos luego, amigo —comenta de pie.

Aunque en el fondo sabe que eso sería algo imposible, sin embargo, no pierde las esperanzas en volver a verlo.

Guarda su cartera en el bolsillo trasero de su pantalón. Cruza sus brazos y empieza a caminar rápido hasta llegar a la esquina, cruza a la derecha y lo ve entretenido con su celular.

—¡Langa! —exclama, corriendo con una gran sonrisa mientras el ojiazul lo espera con los brazos abiertos.

—Cariño —musita, rodeando su cuerpo y dejando muchos besos en su carita. Hasta que nota que comienza a estremecerse en sus brazos—, ¿y tu casaca?

Reki se separa y balbucea apartando la mirada de su novio, trata de escapar, pero él lo retiene.

—L-La olvidé —susurra.

—Reki —insiste, alzando una ceja.

Ambos ignoran la lluvia que cae sobre ellos.

—Te traje un osito —cambia de repente, poniendo el peluche frente al rostro del chico.

—Está muy bonito, nene. Gracias —besa su mejilla.

—Entonces...

—Nada, jovencito. Entremos para que me expliques y puedas secar tu ropa, te vas a enfermar.

Ingresan al condominio hasta llegar al ascensor, Kyan rodea la cintura del muchacho mientras apoya su cabeza en el pecho de Hasegawa. Sonríe al sentir un beso en su cabello mojado, ríe cuando pone el oso frente a su cara y trata de hacer que lo bese.

—¡Langa! —exclama divertido.

—Sólo quiere un besito —murmura, antes que Reki le quite el osito.

Salen del elevador entre risas, hasta llegar al pasillo donde vive Langa. El canadiense apoya su espalda en la pared, mientras toma por la cintura al pelirrojo y lo atrae hacia él, aunque el joven se distrae con el peluche.

—¿Le darás un besito? —vuelve a bromear.

Alza la vista con una juguetona sonrisa.

—¿Y por qué mejor no le doy un besito al dueño del pequeñín? —contraataca, apoyando una mano en su pecho.

—Eso suena mejor —susurra, muy cerca de sus labios.

—Mil veces mejor —afirma, pasando su lengua por el labio inferior del contrario.

Sin soltar el peluche, con su mano libre rodea su cuello y junta por fin, después de varios días, sus bocas en un candente beso.

⠀⠀.⠀.⠀.⠀⠀⠀olvidar⠀⠀__⠀⠀reki x langa⠀⠀♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora