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— 𝗩𝗲𝗿𝗮𝗻𝗼 —

𝗞𝗮𝗿𝗺𝗮𝗹𝗮𝗻𝗱 𝗔𝘂!

Hoy es buen día para empezar una divertida anécdota retrospectiva sobre la estación más calurosa del año.

Está divertida anécdota retrospectiva comienza de la siguiente forma (¡Disfruten!): Era Verano cuando Auron se dio cuenta (De una vez por todas) que estaba profundamente enamorado de Lolito.

Y, para su sorpresa y cierto disgusto, esta, (según Luzu cuando le hablo de su problema) Serependía, había desencadenado todo tipo de síntomas sumamente molestos, desde manos sudorosas y corazón desbocado hasta balbuceos sin sentido y pensamientos vergonzosos en voz alta. Cabe destacar que antes no era sujeto de nada de esto y que si alguna vez lo fue, nunca lo había experimentado con tanta intensidad.

Y no lo malinterpreten, no es que le molestará estar enamorado de Lolito, era en realidad todo lo contrario, le hacía tan desdichado no tenerlo a su lado todo el día que una vez que lo veía era como si recién hubiera empezado a vivir otra vez; No poder agarrar su mano a menos que estuvieran huyendo de una horda de zombies, no tener la capacidad de acercarse a su rostro y admirarlo sin que sus ojos le delataran, admirar sus labios todo el día sin poder besarlos... Lo estaba volviendo absolutamente loco, por un lado. Por otro, estaban todos sus síntomas que le hacían sentir como la persona más obvia de todo este jodido mundo.

Si para este punto ya todo Karmaland no se había dado cuenta de que estaba enamorado hasta el culo del pelirrojo, se cortaría una mano y se la daría de comer a Rodolfo; Y si en realidad, Lolito tampoco tenía idea de sus sentimientos, era o porque era muy distraído en este tipo de cosas (Opción poco probable) o porque simplemente la idea de que Auron estuviera enamorado suyo le parecía divertidamente inverosímil.

Pensamientos como ese le hacían sentir mal, así que por ello de unas semanas atrás en adelante dejo de escuchar a sus pensamientos y lógica como fuente única sobre sus acciones, ya que sino lo hacía lo más seguro es que ya para este momento se hubiera comido a besos a Lolito unas mueve veces al dia, por lo mínimo

Pero en fin, de eso no se trataba este divertido relato retrospectivo.

Este relato retrospectivo era de como luego de enterarse de que estaba enamorado de Lolito, mientras peleaba internamente con sus tontas mariposas en el estómago, pensado que él lo rechazaría cuando ambos estaban en el mismo punto en la escala de enamorados empedernidos el uno hacía el otro; Sucedió un evento que hizo que todo se fuera al carajo en la noche de un martes lluvioso, antes de que inesperadamente todo resurgiera de una forma espectacular unos minutos después, ese mismo martes.

Y todo había comenzado, curiosamente, un sábado caluroso por la mañana, tres días antes, mientras él caminaba por mera casualidad frente a la casa de Lolito, a la hora en que por lo general él pescaba tarareando canciones muy desentonadamente cada fin de semana, justo al lado de la tumba simbólica de Lucifer, lo suficientemente cerca de su casa por si le daba sed, y lo suficientemente cerca de la bahía para vigilar a su sobrino.

El problema fue cuando no lo encontró allí.

— ¿Lolito? — Preguntó al aire, las gaviotas y el sol. Ninguno le dio una respuesta particular, y de repente se sintió estúpido al darse cuenta de que seguía exactamente uno de esos síntomas molestos de enamorados empedernidos: Hablar a la nada en nombre de su amado.

Tan ridículo.

Así que tapándose un poco el rostro con la mano, caminó por la arena, esquivando guijarros, cangrejos y mierdas babosas de colores que hacían que te ardiera la piel; Llegó a la puerta de color rojo y aunque tuviera llave, tocó unas tres veces antes de entrar.

𝗟𝗢𝗟𝗜𝗧𝗢𝗣𝗟𝗔𝗬𝗦 𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora