Encuentro

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Estaba descansando después de haber corrido un par de kilómetros cuando escuché un llamado que juraría era de un cachorro de lobo. Sin embargo, tras ese aullido, una brisa helada me golpeó, acompañada de un olor a muerte y ceniza. Reconocí de inmediato a quien le pertenecía ese nauseabundo olor, vampiros, criaturas frías y desalmadas.

Al saber de su presencia estuve a punto de darme la vuelta y abandonar el lugar, pero el aullido del cachorro se repitió. Aunque otros hubieran huido, yo no podía ignorar lo que estaba ocurriendo. Sin pensarlo dos veces, me dirigí hacia el origen del sonido.

Para mi sorpresa, llegué a un claro y vi, a unos cinco metros de distancia, un cadáver fresco, no más de una o dos horas de muerto. Me acerqué con cuidado, tratando de hacer el menor ruido posible. Al acercarme, vi a dos cachorros cerca del cadáver. Después de que mi segundo "mate" me desfigurara casi toda la cara, se me había vuelto casi imposible acercarme a los niños sin asustarlos. Sin embargo, para mi sorpresa, al verme, los cachorros corrieron hacia mí y se escondieron debajo de mi cuerpo. No sabía si era por el miedo a morir o por alguna otra razón, pero lo único que sabía era que debíamos salir de allí, y rápido.

Y justo cuando me disponía a darme la vuelta, sentí una presencia cercana. Un vampiro, probablemente el que había matado al hombre frente a mí, nos había encontrado. Intenté pensar en una excusa o en algo que nos diera tiempo para planear una escapatoria, pero antes de que pudiera reaccionar, su repugnante voz me sacó de mis pensamientos.

Destrozada...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora