Destrozada...

Embarazada

—¿Qué haces aquí, lobita? —preguntó con un tono que me resultaba macabro.

—Es porque eres mi "mate" —respondí, buscando ganar tiempo, mientras él pensaba en mis palabras. Yo, por mi parte, evaluaba rápidamente todas las posibles maneras de escapar.

—Qué descarada... ¿te atreves a decir eso cuando estás preñada de otro? —se rió siniestramente, provocando un escalofrío en mí.

Después de la brutal paliza que recibí de mi primer "mate", mi abdomen se hinchó de manera permanente, haciéndome parecer gorda o, a veces, embarazada.

Un aullido me sacó de mis pensamientos y vi una gran manada de lobos. Pero lo que me aterrorizó no fue la manada en sí, sino el aroma exquisito que sentí. Sabía de qué se trataba; ya había pasado por esto antes y deduje que se trataba de mi verdadero mate...solo podía pensar en huir.

En cuestión de segundos, el vampiro fue sometido por la manada y, en pocos minutos, asesinado. Y fue hay cuando todos los lobos me miraron, y uno en particular no me quitaba los ojos de encima. Era mi supuesto "mate", un lobo enorme con pelaje negro como la noche y ojos azules como el cielo en verano. Su voz profunda me sacó de mis pensamientos.

—Ese cadáver es un miembro de nuestra manada... pero la pregunta es, ¿quién eres tú? —su voz era tan profunda que no pude articular ni una palabra. Estaba aterrada, no solo por él, sino por la posibilidad de que mi pesadilla se repitiera.