Isaac

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El entrenamiento acabó, para el gran alivio de Isaac. Quería ir a casa, al fin tenía un lugar al que llamar hogar y una persona que lo está esperando.

Derek Hale, su alfa (y una figura paterna).

Al principio, el Alfa era tosco y seco, sus entrenamientos eran algo agresivos, para Isaac en un momento le tenía algo de miedo a Derek, por el trato brusco, pero conforme pasaba tiempo con él, se dio cuenta que no lo hacía por maldad, si no, por su seguridad.

Ya que, al ser un Hombre Lobo, tenía sus consecuencias; como ser cazado y enfrentarse con otras criaturas sobrenaturales, Isaac lo sabía, Derek se lo dijo cuando le ofreció la mordida.

Si, podía ser menos brusco al momento de entrenarlos al principio, pero su Alfa estaba pasando por momentos difíciles y por un cambió inesperado.

Se enfrentaron a varios obstáculos y lo superaron. Ahora Derek es un poco más abierto y amable, se esforzaba a ser un gran Alfa para su manada. Y gracias a cierta persona que lo ayudó en el proceso.

Cuando se convirtió en un Hombre Lobo, se sintió poderoso y confiado. Podía hacer lo que quisiera, ya nadie lo iba a maltratar de nuevo.

Pero, no todo lo podía controlar.

Isaac, estaba guardando unas cosas en su casillero, era unos de los pocos jugadores que quedaron en el vestuario. Estaba a punto de cambiarse que no se dio cuenta de las risas de sus compañeros de equipo. Lo sujetaron bruscamente por ambos brazos y lo empujaron adentro de un casillero.

El adolescente de rizos dorados se quedo en blanco. No entendía porque estaban haciendo eso.

Las burlas y las risas crueles de sus compañeros resonaron por todo el vestuario. Con un ruido fuerte, cerraron el casillero en la cara de Isaac.

Su respiración se volvió más agitada, su corazón parecía que iba a estañar. Odiaba los espacios cerrados, le recordaban al peor lugar de sus pesadillas.

El congelador.

Parecía que estaba en el maldito congelador.

Las lagrimas salían como ríos desbordados, no podía respirar. Un miedo inmenso lo invadió, sintió un dolor en su pecho.

Empezó a gritar desesperado.

– ¡AYUDA! – Isaac gritaba y gritaba por ayuda, hasta que su garganta se desgarraba por sus gritos de angustia. – ¡SÁQUENME DE AQUÍ! 

El espacio se hacía cada vez más pequeño y el aire era cada vez más escaso. Perdía cada vez más las esperanzas que nadie vendría en su ayuda, como cuando era más joven.

Abrieron el casillero de forma apresurada.

Unas manos suaves y cálidas sacaron a Isaac del casillero.

– ¡Oh por Dios! ¡Isaac! – Alguien gritó preocupado, el adolescente de rizos dorados no podía reconocer quien estaba hablando, estaba aturdido. – Está bien Isaac. Tranquilo, estoy aquí.

Unos brazos afectuosos rodearon a Isaac, su cabeza estaba apoyada en el hueco del cuello de la persona. Entonces captó su olor; Adderall, manzana, canela.... hogar.

Stiles Stilinski lo estaba abrazando. Cuando el adolescente con lunares regresó al vestuario porque se le olvidó su celular, escuchó los desgarradores gritos de Isaac, se le oprimió el corazón, apresurado fue a ayudarlo.

Isaac desesperado se aferró al castaño, como un niño pequeño. Llorando ruidosamente, su cuerpo temblaba con cada sollozo.

– Shh, shh, shh. Todo está bien Isaac. Ya pasó. – Stiles susurraba con suaves palabras de aliento, acariciaba con una mano la espalda de Isaac, mientras lo acunaba. – Estás a salvo.

Se quedaron sentados en el suelo, por unos minutos más. Isaac se tranquilizó, ya se sentía mejor. Se apartó de Stiles lentamente.

– Gracias. – Dijo Isaac tímido, mientras limpiaba sus lágrimas.

– No hay problema. – Stiles acarició los rizos de Isaac. Con el suave toque se acercó más a esa cálida sensación. – Vamos Isaac, te llevaré a casa.

El viaje hasta el loft fue corto. Antes de que Isaac se bajara del Jeep, Stiles lo detuvo.

– Estoy aquí para lo que necesites. Cuando quieras conversar, aunque no lo creas soy bueno escuchando. Sólo llámame ¿Ok? – Isaac asintió con la cabeza y Stiles se despidió revolviendo los rizos del Hombre Lobo.

En altas horas de la noche, Stiles tuvo una visita inesperada. Se sorprendió ver a Isaac parado frente a su cama.

Se veía afligido, el castaño pudo ver un rastro de lágrimas en el rostro de Isaac. El corazón del castaño se oprimió al verlo en tal estado.

– ¿Isaac? ¿Qué ocurre? – Stiles se sentó en su cama, preocupado de que algo malo le haya pasado.

Isaac inhaló temblorosamente y sus grandes ojos azules se humedecieron. – Pesadilla.

Los ojos de Stiles se suavizaron, se movió para darle un espacio a Isaac en su cama.

– Ven Isaac.

Isaac miró a Stiles con una mirada esperanzadora. Entró a la cama y se acurrucó en los brazos del castaño. Dejó escapar un suave gemido cuando Stiles comenzó a acariciar su cabello con dulzura.

– ¿Quieres hablar acerca de ello? – Preguntó Stiles en voz baja.

– Él.... me encerró de nuevo.... Y nadie estaba para ayudarme. – Dijo Isaac entre sollozos, mientras enterraba su cabeza en el pecho del castaño.

– Todo está bien Isaac. Él nunca te va a volver a lastimar. No estás solo ¿Sabes por qué?

– ¿Por qué?

– Porque tienes a la manada, quienes te amamos y te apreciamos. Nunca dejaríamos que algo malo te ocurriera, a ninguno. – Stiles dijo con suaves palabras.

– Yo también los amo. – Stiles sonrió cariñosamente y pasó su mano por el rizado cabello del chico. – Mamá. – Dijo sin previo aviso. Isaac se sentía seguro y amado, estando en los brazos de Stiles. Se sentía como un niño refugiado en los brazos de su madre.

Stiles se sorprendió lo que dijo Isaac y un sentimiento acogedor invadió su corazón. Entonces, el chico con lunares empezó a cantar.

Escuchando la voz suave y dulce de Stiles, poco a poco Isaac empezó a quedarse dormido, complacido, sabiendo que estaba a salvo de las pesadillas cayó en los brazos de Morfeo. 

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Esta historia tendrá alrededor de siete capítulos. Espero que la disfruten! 

Gracias por leer! <3

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