Stiles es una mamá gallina, siempre ha cuidado de la gente. Entonces cuando una manada de cachorros la está pasando difícil, Stiles está para ayudarlos.
Cinco veces que Stiles es la mamá de la manada.
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Teen Wolf es propiedad de Jeff Davis.
Liam estaba enojado. Un sentimiento que lo conoce muy bien. Y es algo que le resulta difícil de controlar.
Lo diagnosticaron con TEI (Trastorno Explosivo Intermitente) en donde tiene periodos cortos de ira inmensa e inesperada. Ahora súmale que es un Hombre Lobo con problemas de control.
Es igual a un desastre total.
Su infancia no era la más bonita. Su trastorno le impedía comportarse como un niño normal, sus arranques de ira repentinos asustaban a los demás niños y los padres de familia alejaban a sus hijos de Liam, tachándolo como un niño agresivo y problemático.
Su madre a veces le gritaba, desesperada de no saber cómo controlar a su hijo. Lo encerraba en su cuarto, dejando solo a Liam lidiando con su ira.
Conforme iba creciendo esos arranques se intensificaban, trató de reprimir su ira, pero era una bomba de tiempo, si explotaba sería peor. Se enojaba con facilidad causando que su rendimiento en la escuela bajara, golpeo a un estudiante que se burló de él y lo expulsaron de su antigua escuela por destrozar el auto de su entrenador, por un arranque de ira.
Odiaba su vida.
Su madre ya no sabía que hacer con él. Liam veía a su madre resignada, como si se rindiera. Su relación se fue desintegrando, se alejaba cada vez más.
Sentía que lo abandonaron.
Un dolor insoportable se instaló en él, como si una daga lo atravesara.
Claro tomaba tratamientos. Pastillas y muchas pastillas, pero ahora que era un maldito Hombre Lobo no funcionaba, si no todo lo contrario lo empeoro más.
El miedo que tenía de lastimar a alguien, ahora ese miedo se intensificó, podría matar a alguien con sus garras.
¿Por qué le pasaba esto a él? no entendía nada sobre el mundo que ahora pertenecía.
Tenía miedo.
Su Alfa no lo ayudaba. Liam no confiaba en Scott, en lugar de explicarle las cosas o disculparse con él por morderlo, lo que hizo el Alfa verdadero fue secuestrarlo, lo llevó a la fuerza y lo ató dejándolo en una fría tina de baño.
Las acciones de Scott hicieron que Liam desconfiara de él, causando una brecha entre Alfa y su primera Beta.
Para poder controlarse, Scott le dijo que debe de encontrar un ancla y ese ancla debería de ser solamente a una persona a quien ames.
¿Cómo rayos va a conseguir un ancla? La escasa explicación de Scott no fue de ayuda.
Y eso lo lleva ahora, en una parte de la reserva tratando de controlar su lado lobuno, se suponía que Scott lo iba a ayudar, a pasado una hora y no había rastros de su Alfa. No le sorprendería que no viniera, ya lo ha dejado plantado muchas veces y eso lo pone de mal humor.
De repente sentía esa sensación que lo conocía muy bien: la ira.
La rabia nublo sus sentidos y empezó a golpear un árbol despedazándolo, todo a su alrededor estaba destruido, respiraba con dificultad, sus rodillas fallaron y cayó al suelo con un ruido sordo. La ira no desaparecía, empezó a golpearse la cabeza una y otra vez, las lágrimas salían de frustración, quería que desapareciera.
Unas manos agarraron las muñecas de Liam impidiendo que se golpeara más.
– Shh, shh Liam respira. – Dijo una voz suave, la persona bajó las manos de Liam y enrolló sus brazos alrededor del ojiazul, en un abrazo fuerte. – Inhala y exhala. Mientras cuento hasta diez. – El pequeño hizo lo que dijo, mientras la persona contaba.
Cuando terminó, el cuerpo de Liam se relajó, librándose de la capa de ira. Se separó lentamente del abrazo cálido y miro a la persona quien lo ayudo: Stiles.
– Tuve una discusión con Scott. – Stiles a mencionar el nombre del Alfa verdadero, Liam se estremeció ligeramente, algo que captó de inmediato. – Estaba dando un paseo, para despejarme. Hasta que escuché la conmoción ¿Qué pasó? – Dijo tranquilo el castaño para no alterarlo.
– Yo estaba esperando a Scott. – Empezó a decir el ojiazul. – Pero nunca llegó. La verdad no me sorprende. – Dijo resignado y triste.
– Maldito Scott. – Dijo Stiles en un susurro enojado. – ¿Y ese fue el motivo de tu ira?
– En parte, yo.... – Liam bajó su cabeza, mirando sus manos. – Yo estaba tratando de controlarme, pero es realmente difícil. – Dijo con un quejido triste. – Estoy cansado de no poder controlarme. ¡Soy el único que se enloquece en la luna llena! ¡Y me tienen que encadenar para no matar personas! – Gritó frustrado Liam, las lágrimas salían de sus ojos. – Soy un monstruo. – Soltó un sollozó desgarrador.
Cuando Liam tenía se calmaba cuando tenía unos de sus arranques, se sentía más vulnerable y odiaba eso.
Stiles al verlo tan destrozado no lo pensó dos veces, atrajo a Liam en sus brazos, la cabeza del Hombre lobo estaba en su pecho, con una mano acariciaba su espalda con cariño. Al principio Liam se sorprendió por el repentino movimiento, esa sensación destructiva y negativa se calmó, podía sentir a su lobo aullar feliz por el contacto.
– No eres un monstruo Liam. – Consoló el castaño. – No estás solo en esto, me tienes a mí, a la manada quienes nos preocupamos por ti, te ayudaremos a superarlo. – Dijo Stiles regalándole una sonrisa afectuosa.
Las suaves y cálidas palabras de Stiles conmovieron a Liam.
En los brazos de Stiles podía sentirse protegido. Sollozando se refugió más en esos amorosos brazos. Stiles lo abrazó más fuerte meciéndose de un lado a otro para tranquilizar al pequeño lobo en sus brazos.
¿Desde cuándo Liam no recibía un abrazo con tanta ternura?
Pensó en la relación que tenía con su madre, era fría y lejana. Solo hablaban de lejos como si ella tenía miedo de que tuviera un arranque de ira y eso le oprimió el corazón.
– Mamá no me abandones. – Decía sollozando Liam, aferrándose a Stiles como si fuera a desaparecer en cualquier momento.
– No te abandonaré. – Stiles depositó un beso en la cabeza de Liam. Una promesa que no iba a romper.
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