Tonight & Ashes → GL & AC

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21 de mayo del 2021

16:11

No había sido buena idea conocer la cuidad por su propia cuenta sin que nadie lo guíe o le diga a qué sitios ir.

Tonto Gianluca, muy tonto en rechazar la propuesta de Christian de ser su guía personal para hacerle conocer la ciudad de Lima por primera vez. Aunque no se arrepentía de nada, con su terrorífico castellano logró conocer al menos el centro de Lima, el parque de la muralla y tener un almuerzo decente en una señora que veía comida en carretilla.

Si, por primera vez comió en una carretilla.

Casi agotado por estar todo el día cansado caminando, la mascarilla no ayudándolo mucho para respirar tranquilo. Miró el Google Maps para mirar en dónde se encontraba y luego se fijó en la hora. No tenía hambre, había comido demasiados anticuchos en una sola tarde. Tenía que regresar a su departamento si es que mañana quería llegar temprano a visitar a la familia de su madre.

A quien engaña, no tiene ni puta idea de dónde vivía la familia de su madre, y según el mensaje que le envió su madre decía "Chorrillos" pero aquello sonaba "Chorizo" en la mente de Gianluca.

Si quería regresar a su departamento debería tomar el corredor morado y miró los pocos soles que le quedaba en el bolsillo, porque el resto eran tarjetas de créditos y dudaba que podía pagar con ello en el corredor.

Siguiendo las indicaciones del Google Maps, llegó hasta el paradero más cercano del corredor morado.

Como el buen ciudadano que era se puso hacer su cola, y logró conseguir su asiento propio gracias al cielo. Lo bueno era que pasaba desapercibido ante los ojos de la gente, y no podía ser reconocido del todo.

Su mala suerte había llegado cuando quedó atrapado en medio del tráfico, así que para no aburrirse sacó su celular y encendió el Spotify entrando a la playlist que Christian le había hecho específicamente para él.

Todo bien, muy bien hasta ese momento. Solo tenía que esperar salir del tráfico en el cual se encontraba y luego llegaría hasta Magdalena, buscar el edificio donde estaba viviendo y listo, nada de otro mundo.

Hubiera sido así según lo que había planeado en su mente, pero algo captó su atención como si lo obligaran a mirarlo.

Asientos más adelante de él, captó una cabellera casi pomposa moverse de un lado a otro, se notaba mucho de la música que disfrutaba que escuchaba, pero no vio algún audífono en su oído.

Gianluca dejó de lado su audífono concentrándose en la música que el chofer del corredor había puesto. Tenía que admitirlo, una muy buena música que hizo que su pie se moviera, como si quisiera bailar ahí mismo.

No supo qué canción era, solo disfrutó la letra.

Nunca había llorado por ningún cariño

Y hoy como el arbolito, lloro como un niño

Aquel arbolito, donde está escrito

Tu nombre y el mío

Disfrutando esa canción y las que seguían, se dio cuenta que ya había salido del tráfico. Media hora después el corredor ya no estaba tan lleno como antes, había pocas personas y claro, aquella cabellera pomposa que había captado su atención aún permanecía asientos más adelante.