→ Three: Bohemian Rhapsody

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Sintió miedo. Mucho miedo sintió cuando cruzó por el puente.

Gianluca dejó de utilizar la bicicleta y empujarla con suavidad mientras cruzaba el puente Villena Rey. O como casi todos lo conocían, el puente del suicidio.

Por un momento odió los tres menos de distancia que lo alejaban de Aldo.

Apretó sus manos en los manubrios de la bicicleta, sintiendo que el fuerte viento marino golpeaba su rostro. Jugó nerviosamente mordiendo su labio inferior, juntándose un poco más al vidrio opaco temblando un poco cuando sintió de la nada pasar un auto a velocidad tan alta cerca de él.

Tragó duro cerrando los ojos unos segundos esperando que el silencio nocturno regresa a su normalidad, y dejó ir el aire retenido en sus pulmones cuando aquel silencio que comenzó a gustarle volvió.

Sus ojos en cuanto se abrieron, vio que Aldo estaba justo frente a él mirándolo con curiosidad y una pizca de seriedad.

"¿Tienes miedo?" Aldo cuestionó frunciendo levemente las cejas. Gianluca algo avergonzado asintió suave. "Vaya, el señor italiano al menos es sincero ¿a qué le tienes miedo exactamente?"

"Me da malas vibras este lugar" respondió, siguiendo caminando, el largo camino luciendo muy sofocante para él. Aldo dejó ir una suave risa. "No es motivo para que sea un chiste, no me siento cómodo estando aquí"

"Es lógico que las personas que no tienen los huevos bien puestos tengan miedo de pasar por aquí a cualquier hora del día" Aldo se encogió de hombros, haciendo un pequeño mohín con sus labios. "Algunas personas no saben qué es lo que pasó aquí, y los que saben tienen miedo de cruzar solos este lugar. Además ¿no te parecería interesante saber que estás repitiendo los últimos pasos de varias personas que fallecieron junto aquí? Saber que aquí fueron sus últimos pasos, el último suspiro, la última sonrisa, la última lágrima, el último respiro en este mundo antes de dejar de existir. O si es que tenía una terrible suerte, ni siquiera podrían cumplir su anhelo de morir"

Las palabras de Aldo eran demasiado para procesar en el pequeño cerebro de Gianluca Lapadula.

Porque no logró entender a qué exactamente se refería Aldo, sólo se mantuvo en silencio porque el silencio era el mejor amigo de Gianluca en momentos como este.

Aldo apoyó sus codos al barandal del final del puente, mirando desde su sitio el oscuro mar. La brisa marina dejando al descubierto su frente, su perfil resaltando más que nunca y Gianluca no pudo sentirse tan asombrado con la belleza de un chico.

Era como si todo fuese planeado para esta ocasión, como si los astros querían unir fuerzas para resaltar la belleza de Aldo en toda su extensión. Es que Aldo es tan etéreo, y las ayudas de los astros solo era un mínimo detalle a su lado.

Gianluca se quedó a su izquierda mirándolo detenidamente.

Su rostro era iluminado por la luz de la luna, sus mejillas algo infladas a propósito y sus labios teñidos de un suave rosado. Su cabello flameando al compás de la brisa marina, por un momento olvidó que Aldo tenía aquella herida presente en su cabeza.

"No logro entenderte por más que trate de hacerlo Aldo" Gianluca admitió, dejó su bicicleta en el suelo y se apoyó al barandal mirando a lo que sea que Aldo estuviese mirando. "Le doy varias vueltas a tus palabras y no puedo entenderte"

"No espero que lo hagas" Aldo se mofó sonriendo de lado. "No todos tenemos el privilegio de ver lo que la noche nos otorga"

"Si intentas ser preciso, podré comprender tu punto de vista"

Tonight & Ashes → GL & ACDonde viven las historias. Descúbrelo ahora