→⁰⁵←

327 43 6
                                    

→•'∞'•←

Por otro lado, mientras Wei WuXian se divertía encerrado o realizando algunas cosas dentro y fuera de la mansión, dentro de la residencia Jin se encontraba hecho todo un alboroto, principalmente por culpa de la bastarda de Jin GuangShan quien aún no había podido calmar su furia por lo que sus ojos habían visto, en donde quiso hacerse creer una y mil veces que solo fue un sucio juego de su cabeza, andaba maldiciendo con las diferentes palabrotas que su vocabulario alcanzaba sin lograr saciar su furia.

Ya que aquel beso entre su Prometido, el Segundo Maestro Lan y ese desvergonzado ser que había aparecido de la nada, no podía ser una mentira si desde el instante en que los hermosos orbes Dorados de Lan WangJi dieron con ese hombre, nunca se despegaron de él hasta llegar a perseguirlo en medio de la celebración sin importar le absolutamente nada que sea referente a su imagen o la de su familia.

— ¡¡Quiero saber quién es él!! — alzó la voz irritada la Señorita Jin a través de su celular estando en medio de la sala, por todo lo que había estado pasando desde ese día del compromiso lo único que podía hacer era investigar cómo se debía — ¡¡Tengo que saber quién es él!! — exigió sintiendo todo su cuerpo arder.

Si antes Lan WangJi no le ponía cuidado en esos momentos ahora que había hecho acto de presencia ese hombre menos caso le iba hacer, y eso la enfurecía mucho cuando antes ella al menos podía ingresar a la oficina de él y hacerle un poco de su compañía mientras le contaba unas cuantas cosas creyendo que serían del interés del mayor y pudieran entablar una conexión, pero no, nunca había obtenido ni una respuesta por parte de él, ni una pizca de interés y ahora después de aquel desagradable beso ante los ojos de la señorita Jin, Lan WangJi ni una mirada desaprobatoría le daba cuando ella iba a la mansión Lan o a la oficina del Mayor para molestarlo con sus incontables visitas, cuando se suponían era él quien debe tomar la iniciativa en todo eso para crear un mejor vínculo antes y después de su boda.

— ¡¡No me puedo dar el lujo de perder lo!! ¡¡Él es mío!! — se recordó un poco esquizofrénica la Señorita Jin gritando en medio de la sala para luego escuchar una suave risita y un gruñido de por medio — ¿¡Quien se atreve...!? — las palabras o más bien los gritos de ella desaparecieron al ver a la reconocida Jiang YanLi o viuda Segunda Madam Jin en la entrada de la sala junto a su hijo el heredero de toda la fortuna de los Jin, el único hijo del difunto primogénito Jin ZiXuan su afortunado Hermano Mayor — A-Li — saludo la menor con una sonrisa forzada.

— ¿Como te atreves tú, a llamar a mi Señora así? ¿Que falta de respeto es esa? — una sonora cachetada se escucho por toda la mansión haciendo crecer el enojo de la menor y aunque quería gritar así como devolver el golpe a la persona que se había dignado a golpearla, ella no podía, tenía que mantener su cabeza agachada ante la primera y oficial esposa del bastardo de su padre, la Primera Madam Jin aquella que podría considerarse su madrastra y era una de las únicas personas que podía hacer cualquier cosa con ella y nadie se involucraría para salvarla ni mucho menos ella misma se atrevía a cuestionar a la mujer — ¡¡Ella es la Segunda Madam de esta casa, debes respetarla como tal muchachita insignificante!! — le gritó la mujer mayor recordándole aquel puesto que se suponía ella debía de tener al estar entre esa familia y ser una de las tantas hijas de Jin GuangShan pero que Madam Jin no dejaba que se le fuera otorgado, dejándole en claro el favoritismo entre ambas estando del lado de su nuera y su adorado nieto, el cual tenía la misma actitud arrogante que el Difunto Joven Amo Jin.

— Madre — con suavidad y mucha amabilidad Jiang YanLi llamo a su suegra ignorando la pelea que había pasado entre las mujeres Jin sin llegar a tener interés lo que sea que la más joven tuviera que decir o expresar hacia ella — es hora de que A-Ling y yo nos vallamos — anuncio mostrándole una suave sonrisa, lo cual hizo que la mujer Mayor ignorara por completo a la hija bastarda que tenía su esposo para terminar de atenderla a ella como se lo merecía.

Regresando Por Tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora