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La carretera había quedado hecho un total desastre en donde habían quedado muertos por aquí, muertos por allá y lo más desafortunado era que la mayoría de muertos eran hombres de la organización Jin y de la organización Lan de resto los hombres de Wen KeXing como los hombres de su esposo Zhou ZiShu se encontraban intactos o casi intactos con uno que otro rasguño o ya sea con unas cuantas heridas, pero aún asi ninguno pasaba a gravedad.

- ¿¡Quien mierda son esos hombres!? - se había escuchado gritar en una de las tantas mansiones un muy enfurecido Líder Jin en cuanto estuvo en su mansión resguardado por sus mejores hombres, mientras se encontraba en una pequeña reunión con los hermanos Lan en representación de su tío Líder Lan QiRen.

- Mercenarios - soltó como si nada el Segundo Maestro Lan sin emoción alguna en su rostro y tratando de alejar aquella mujer que era desafortunadamente su prometida; la infalible y fastidiosa Señorita Jin, quien intentaba insistentemente curar los pocos rasguños de las heridas superficiales que Lan WangJi había podido obtener de aquellos hombres.

Podría que para el Líder Jin se le fuera un tanto difícil de identificar tales hombres cuando no salía de la gran fortaleza que era su mansión a realizar trabajo de campo como los hermanos Lan si lo hacía, a menos de que fuera estrictamente necesario como en ese momento, pero para los hermanos Lan quienes iban casi siempre a realizar todos esos tipos de trabajos cuidándose entre ellos y cuidando así a sus mismos hombres se les era mucho más fácil identificar qué tipo de hombre fue que se atrevió a atacar a los hombres del Líder Jin, aunque ellos no eran del tipo de mercenarios con los que se habían topado anteriormente, esos hombres tenían algo diferente lo cual llamaba su curiosidad.

- Señorita Jin, podría usted por favor traerme un té caliente - con amargura en su voz, pero mostrando una suave sonrisa, Jiang YanLi quien había sido llamada por Madam Jin a tales horas de la madrugada cuando su esposo y los hermanos Lan aún no habían dado ningún signo de aparecer miro a la hija bastarda del Líder Jin, logrando que está se congelara en su sitio ante sus palabras.

- Pero Cu... - con las intenciones de protestar ante cualquier petición de la mujer mayor para no alejarse de su prometido, la menor de las mujeres Jin presente guardo silencio cuando se escucho un fuerte golpe sobre la mesa.

- ¡Muchacha insolente! - una de las más fieles sirvientas que servían a la familia Jin y apreciaba profundamente a Jiang YanLi, pero odiaba a la Señorita Jin, habló sin importarle estar presente frente a quien estaba, pues los Lan aunque fuesen a unirse con los Jin teniendo una alianza matrimonial de por medio, no podían o mejor dicho no querían entrometerse en algo que a ellos no les incumbía - la Segunda Madam Jin amablemente te está ordenando hacer algo, por lo que quieras o no, debes obedecerla sin objetar o soltar alguna queja - soltó con frialdad la sirvienta logrando enfurecer aun más a la menor, pues así como ella habían muchos más sirvientes dentro de la mansión Jin que seguían fielmente a ambas Madam Jin y no la respetaba como se suponía debía de ser cuando vivía bajo la protección de su padre y él la había reconocido como tal.

Pero como si ese título puesto en ella no representaba nada en ella, aquella sirvienta que era tan fiel a Jiang YanLi le dio una mirada con profundo odio como cada vez que la podía despreciar a ella y la hacia a un lado como si no fuera nada ni siquiera una reconocida hija de Jin GuangShan, el Líder Jin a quien le deben guardar respeto.

- ¡Tu! ¿Como te...? - sin permitir que la sirvienta se pase de lista con ella una vez más, la menor entre las mujeres dentro de aquella sala intento callar a la sirvienta así como reclamarle por la manera en que le hablaba, después de todo era la Hija de Jin GuangShan el Líder de la Organización Jin y ni ella ni nadie podía despreciar la.

Regresando Por Tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora