Lonely heart - heejay

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El sol era tan brillante que llegaba a lastimar a la población estudiantil que iba de camino a casa después de una mañana agitada en el campus. A diferencia de los que recién llegaban a clases, quienes aparentemente venían más preparados para el fuerte clima, con lentes de sol y gorras que los protegían de los rayos del sol.

Heeseung hacía parte del segundo grupo. Con su caminado pausado pero estilizado y unas gafas de sol que cubrían sus ojeras, avanzaba a paso lento entre los estudiantes que charlaban en los alrededores del campus. Iba tan concentrado en sus pensamientos que no escuchó ser llamado hasta que chocó con la persona que intentaba llamar su atención.

El pelirrojo frunció sus cejas y observó con detenimiento a los chicos frente a él. Suspiró sin poder evitarlo y cruzó sus brazos esperando que hablaran.

Choi Beomgyu le sonrió, una sonrisa tan amplia que le provocó a Heeseung un mal sabor de boca, ahora creía cordar por donde venía todo y el chico a su lado se lo confirmaba. Kim Sunwoo no tenía ningún motivo para estar cerca a Beomgyu, a menos que este realmente hubiera cumplido su palabra.

— Estuve hablando con mi amigo Sunoo, quién imagino que conoces. —asintió ante las palabras del pelinegro y movió su mano saludando a Sunoo.— Y hablamos de muchas cosas porque debíamos ponernos al día, pero, entre todo eso me contó algo muy particular y es que Jungwon, su compañero y tú ex amigo, tiene un proyecto especial este semestre.

Heeseung sonrió como si nada y se encogió de hombros como si no le interesara lo que su amigo le decía. Como si aquella confirmación no hubiera destrozado su confianza y su buena fe en las personas, que cabe aclarar, no es que tuviera mucha.

— Lo que dice Beomgyu es cierto, ha estado presumiendo su trabajo de campo porque le va a ir bien, pero se trata de... adolescentes afectados por problemas paternales o maternales.

Heeseung acomodó su mochila cuando Sunwoo terminó de hablar y miró a Beomgyu, quién lo observaba esperando algún tipo de reacción de su parte. Sin embargo, el pelirrojo solo suspiró intentando organizar sus pensamientos, intentando no sentirse herido o vulnerable una vez más. Intentando mostrarse fuerte como siempre e inaccesible como debería ser.

— No me interesa. —fue la única respuesta del pelirrojo antes de seguir su camino a su aula asignada.— Nos vemos en clase Beomgyu, adiós Sunoo.

Ambos chicos lo observaron confundido cuando se marchó en silencio y se alejó entre el montón de personas que intentaban llegar a sus clases.

Heeseung llegó rápido a su salón indicado, sin embargo, antes de poder entrar por completo una mano en su hombro lo detuvo.

Giró sus ojos con fastidio hasta enfocarlos en la persona que lo había detenido de poder sumirse en sus pensamientos mientras fingía escuchar al profesor de patología. La sorpresa le hizo alzar una ceja con curiosidad y cruzar sus brazos esperando que el contrario hablara.

Tenía tiempo sin cruzarse con Park Sunghoon.

— Hoy hay una fiesta especial en moonlight. —comenzó el rubio platinado relamiendo sus labios mientras observaba fijamente a Heeseung.— Creí que querrías ir.

Heeseung ladeó su cabeza muy poco convencido. No estaba de humor para una fiesta universitaria.

— Mis amigos pueden entrar a la parte cerrada del bar, por si quieres estar en algo más tranquilo y todo eso. —Insistió Sunghoon.— Puedes llevar a Beomgyu si te decides a ir.

— Gracias por la invitación Sunghoon, puede que vaya.

El rubio asintió conforme y acomodó su mochila dispuesto a marcharse del lugar, sin embargo, la voz del pelirrojo lo detuvo.

— Tú eres amigo de Jungwon ¿no? —el rubio asintió con lentitud esperando que el pelirrojo continuara.— Dile que ya me enteré de su proyecto.

Sunghoon abrió más sus ojos como si comprendiera las palabras del mayor y le hizo notar al mayor que de hecho sí, lo hacía.

— ¿Como te enteraste de eso?

— Beomgyu tiene muchos contactos. —fue todo lo que dijo el pelirrojo encogiéndose de hombros.— En fin, nos vemos por moonlight.

El rubio casi platinado volvió a asentir a modo de despedida y sin decir algo más comenzó a caminar hasta perderse en el montón de estudiantes que pasaban de un aula a otra. Heeseung por su parte entró al aula indicada y tomó asiento en una de las últimas filas junto a la ventana. Desde ahí podía observar el gran patio del campus y las diminutas personas que avanzaban por el.

Minutos después el profesor de patología entró y comenzó a impartir su clase, como era esperado, Heeseung pretendió escuchar cada palabra cuando en realidad sólo tomaba apuntes al azar de lo que el hombre decía de vez en cuando. En realidad él se encontraba pensando en su vida y en ese sentimiento de vacío que cada vez sentía crecer más y más en su interior y que lo hacía pensar que nada podría llenarlo.