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Moonlight era un lindo bar, aparentemente.

Abría sus puertas cada noche para recibir a cualquier joven universitario con el dinero suficiente para gastar una exagerada suma en cócteles o cualquier tipo de licor. También era uno de los negocios de la familia de Park Sunghoon y por eso, el platinado se tomaba la libertad de cerrar el bar un día y organizar su propia fiesta privada en él.

A Heeseung la parte que más le gustaba moonlight era la segunda sección. Era más bar que el bar principal. En la segunda sección habían pocas personas, una música baja y de despecho y humo colándose por los pulmones de todos los que se sentaran en la barra.

Parecía un bar. Había melancolía y gente ebria. Llegaban personas llorando y otros riendo, algunos con rostros preocupados y unos cuantos enojados. Había variedad y sentimientos.

A Heeseung le gustaba sentarse a observar los rostros de las personas en la barra. Intentaba descifrar sus vidas en el momento en que se sentaban hasta que se iban, a veces intentaba adivinar sus problemas o penas, y así se permitía a sí mismo reflexionar de su vida. Comparar lo que el imaginaba de un pobre extraño con lo que lo atormentaba en sus recuerdos y pensar que de pronto, su vida no fue tan miserable como pudo haber sido.

Esa era la diferencia con la primera sección. Ahí, entre los cuerpos apretados de muchas personas moviéndose al ritmo de la música, entre volúmenes altos de alcohol y sustancias ilegales, no podía pensar en nada. Sus sentidos se aturdian hasta solo ser capaz de disfrutar el ambiente y olvidar hasta su propio nombre.

Pero a Heeseung no le gustaba olvidar, él disfrutaba ser miserable consigo mismo y recordarse una y otra vez su dolor y sus errores. Por eso disfrutaba más de la segunda sección de moonlight. Aquella sección llena de humo y personas tristes, era su lugar favorito en aquella ciudad.

Por esa razón no había tardado mucho en la primera sección del bar. Había llegado una hora antes acompañado con Beomgyu y no podía negar que el ambiente era agradable, pero habían muchos cuerpos juntos en muy poco espacio y eso lo sofocaba, además, no quería terminar olvidando el día de hoy por tomar demasiado. Por lo que después de tomar unas cuantas cervezas con su amigo y entablar tontas conversaciones con chicos y chicas que vagamente conocía, se habla marchado por aquella casi invisible puerta a la segunda sección del bar.

La música juvenil y movida no llegaba hasta aquella parte del bar, a diferencia de eso, se escuchaba en un volumen más bajo algún tipo de balada melancólica.

El pelirrojo le hizo una señal al chico de la barra para que le prepara su trago favorito y se dispuso a caminar hasta su mesa favorita, sin embargo, a la distancia pudo ver que se encontraba ocupada casualmente por su ex amigo, Yang Jungwon.

Heeseung relamió sus labios al notar que el chico no se encontraba solo, al contrario estaba extremadamente concentrado en una conversación con un chico que llevaba una chaqueta de cuero y le daba la espalda al pelirrojo. Jungwon en cuanto lo vió acercarse redujo su sonrisa a una mueca de preocupación.

— Así que, ¿también es necesario usar la misma mesa de este lugar? —comenzó el pelirrojo llegando al lado del chico desconocido y fijando su vista en Jungwon, quién mordía su labio repentinamente nervioso.

— ¿De qué estás hablando, Heeseung?

Heeseung pudo sentir la mirada fastidiada del desconocido sobre él, sin embargo no le importó mucho y no siquiera volteó a mirarlo antes de continuar con su conversación.

— ¿En serio quieres que lo diga en voz alta?

— No tengo nada que esconder. —contestó el castaño encogiéndose de hombros.

Lonely heart - heejayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora