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Heeseung era una persona tranquila, sin muchos problemas y sin dramas a su alrededor ya que literalmente cuando los había, huía de ellos. Razón especial por la que algunas heridas de su pasado solían sangrar de vez en cuando, cuando eran apretadas sin querer, o cuando simplemente las mencionaban por error. Era como abrir un libro antiguo y comenzar a leer páginas al azar. Aunque ya conocieras el final, aunque recordaras cada palabra de lo que estás leyendo, vuelves ahí para lastimarte una vez más con aquel final que sabes que no te va a gustar.

Esos eran círculos viciosos de los que no podía escapar.

Por eso se encontraba observando la piscina de Sunoo, donde se encontraban muchos adolescentes nadando y tomando en ella. Sus pensamientos iban y venían desde aquel tiempo que no podía sacar de su mente a lo aburrido que le parecia ver un montón de personas intentando nadar en la piscina. Así iba una y otra vez mientras tomaba de una nueva cerveza que encontró en el patio.

A la distancia un pelinegro lo observaba sin poder quitar sus ojos de encima, fingía escuchar lo que decía su amigo rubio y asentía cuando sentía que debía hacerlo, aunque su atención estuviera fijada en aquel pelirrojo que aunque observaba y estaba en uno de los círculos más ruidosos de la fiesta, parecía notoriamente alejado de ellos. Jay lo pudo percibir e incluso sentir, como su mirada se perdía en las personas en la piscina y luego volvía a enfocarse en su cerveza una y otra vez, sin siquiera sentir la mirada del castaño sobre él.

"Demasiado perdido en sus pensamientos para observar a su alrededor", pensó Jay, y sin intención alguna, con ese pensamiento llegó a la definición perfecta de quién era Lee Heeseung.

Desvió su mirada en cuanto la mano de su amigo chocó su espalda y obligó a que instintivamente se fijara en él. Jake le sonrió divertido al pelinegro y le señaló un grupo de jóvenes que recién salian al patio, lucían jóvenes, por lo que probablemente fueran de primer año o vecinos de Sunoo. Cualquiera de las opciones a Jay no le interesaba, pero a su amigo rubio aparentemente sí, por lo que después de hacerle una seña al pelinegro para que entendiera sus intenciones este se alejó hasta unirse al grupo de desconocidos con una gran sonrisa.

Jay solo rodó los ojos con diversión, porque no era extraño que Jake estuviera por ahí conociendo personas al azar con las que luego no pasaría de más de una cerveza porque su miedo al compromiso y sus traumas con su ex eran mayores que él. Pero quién era Jay para juzgar las decisiones de su amigo, él lo apoyaba siempre que debía hacerlo.

Volvió a fijar su vista en el pelirrojo que por suerte seguía en el mismo lugar y comenzó a debatir si debía acercarse o no. Meditó que tan buena o mala idea sería volver a cruzar palabras con Heeseung y aunque la vocecita de su cabeza le decía que lo mejor era no acercarse y olvidarse de su existencia, había algo mayor a eso que lo empujaba a continuar, a llegar a más, a buscar algo que no sabía si iba a encontrar con aquel pelirojo. Pero quería correr el riesgo.

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Heeseung sintió un toque en su hombro que lo hizo girar por instinto, primero solo sus ojos buscaron al responsable sin el mínimo interés y listo para alejarlo lo más rápido posible, pero al identificarlo pronto, su rostro y su postura cambió a una más interesada y por primera vez en mucho tiempo, sus pensamientos se esfumaron en cuestión de segundos.

— Así que me encontraste Jay.

— No sabía que me estabas esperando, Hee.

El pelirojo alzó una ceja divertido al ver la sonrisa del pelinegro a su lado. Era cierto que no lo había estado esperando, de hecho hace cinco minutos ni siquiera recordaba su existencia, pero ahora que estaba allí había recordado que aquel pelinegro era el motivo principal de su asistencia a aquella fiesta.

Lonely heart - heejayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora