Extraña sensación.

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    Puro e inocente.
 
    Esa es la perfecta definición corta para Kouki, que cualquiera que lo conozca, le da, y le dará.

    Un niño criado con amor, pero sobre protección, de sus padres.

    Y eso fue lo que convirtió a Kouki en un puro Ángel, que, por donde sea que vaya, dará amor.

    Pero también, esa sobre protección, lo llevó a ser inocente en términos... Adúlteros.

    Kouki no entendía indirectas, el humor verde y tampoco entendía cuando alguien se le acercaba con segundas intenciones.

    Hasta el masturbarse lo veía como una necesidad fisiológica natural del cuerpo, no como un método de sentir placer, porque en sí, no sentía la necesidad de experimentar el placer sexual.

    Kouki era bueno en clases de ESI, pero en realidad, no le importaba mucho su vida sexual, porque ni siquiera se puso a pensar cuando utilizaría esos métodos anticonceptivos, tampoco se puede embarazar (y tampoco le interesaban las mujeres), y cuando hablaba sobre placer sexual al estimular los genitales, no podía visualizar o imaginar cómo sería.

    Pero al menos sabía mucho sobre las enfermedades de transmisión sexual, pudiendo tener una extensa charla con la profesora sobre el tema.

    Pero Kouki, más que métodos a aplicar, son datos curiosos.

    Por ello...

    — Ah...

    En este momento...

    — Ngh...

    No sabe que le sucede...

    — ¿Qu-qué está pasandome...?

    Mirando hacia abajo, vió el bulto, doloroso y húmedo, en su pantalón.

    — ¡Kouki!

    — ¡!

    Y mirando hacia atrás, el responsable (no sabe cómo) de esto, llegó corriendo detrás suyo.

    — ¿Qué sucedió? Saliste corriendo de repente, ¿Te sientes mal? ¿Quieres ir a la enfermería?

    — N-no... Yo... E-estoy bien...

    No estaba bien, pero, por alguna razón, sintió la necesidad de ocultar su problema, que cada vez se volvía más duro y difícil de ignorar.

    — Pero...

    Seijuro se acercó lentamente a Kouki, que aún le daba la espalda.

    En el aula bacía, cuando ya todos los alumnos se había ido, Kouki y Seijuro se quedaron, les tocaba la limpieza, así que fue la excusa perfecta para poder estar a solas.

    Y, como buenos novios hormonales que son, comenzaron a besuquearse al terminar.

    A Kouki le gustaban los besos de Seijuro.

    Eran tientos y suaves, lo trataba con delicadeza mientras movía sus labios contra los suyos y jugaba con su oreja.

    Pero hoy fue diferente.

    No, mejor dicho, hoy Kouki sintió una sensación que viene sintiendo desde hace mucho, desde que tuvo su primer beso con Seijuro, pero esta vez amplificada.

    Hoy Kouki, sintió una atmósfera diferente, no era desagradable, le gustaba, porque siempre se sentía cómodo con Seijuro, pero, no sabe muy bien como describirla, era...

    Caliente...

    Hace unos días, por primera vez, Seijuro dió un paso más allá, animándose a darle un beso más fogoso a Kouki, metiendo su lengua en su boca.

AkaFuri Por Doquier!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora