AkaFuri Por Doquier!

El juego del Te Amo.

    '¡Es invencible...!'
 
    La GOM estaba se sentía ofendida.

    Su querido capitán era un hombre sin corazón.

    Sus cinco mejores amigos le dijeron "Te Amo", mirándolo a los ojos, con toda su sinceridad, con todo su corazón...

    ¡Pero el bastardo no reaccionó ni un poco!

    '¡Insensible!'

    '¡Mal amigo!'

    '¡Sin corazón!'

    Y lo peor de todo...

    — Te amo, Ryota.

    — ¡Ah💘!

    — Te amo, Tetsuya.

    — ¡💘!

    — Te amo, Atsushi.

    — ¡💘!

    — Te amo, Shintaro.

    — ¡💘!

    — Te amo, Daiki.

    — ¡💘!

    ¡Ellos fueron completamente derrotados!

    ¡El juego del Te Amo!

    ¡Consiste en decirle te amo a alguien, y si esta persona se avergüenza o ríe, pierde! ¡Si te trabas al decir te amo, o te avergüenzas al decirlo, pierdes!

    ¡Todo empezó cuando Kise escuchó sobre este juego y quiso jugarlo con sus amigos!

    Todo iba bien, hasta Murasakibara y Aomine se avergonzaron al decir te amo a sus amigos. ¡Hasta Tetsuya reaccionó con un suave sonrojo! ¡A Kise se le trabó la lengua!

    Midorima perdió en todas...

    ¡¡Pero...!!

    ¡¿Cómo ese tipo puede decir "te amo" con esa bella sonrisa sin inmutarse?!

    ¡No pueden aceptarlo! ¡Deben hacer que él reaccione!

    ¡Akashi Seijuro era indomable!

    ¡¿Sonrojo?! ¡¿Vergüenza?! ¡¿Timidez?!

    ¡¡No hay!!

    ¡¡No existe!!

    ¡¡Es como hablarle a una piedra sin sentimientos!!

    ¡¿Quien podrá quitarle el título de Emperador invencible...?!

    — ... A-ammh...

    Kouki jugaba con sus dedos nervioso, no podía ver a las personas frente suyo...

    ¡Tenía miedo!
 
    De repente fue arrastrado por Kuroko, su compañero de clases, al gimnasio del club de basketball, donde otras cinco personas estaban esperando...

    ¡Eran las cinco personas más intimidantes que vió en su vida!

    '¡Siempre que los veo dan tanto miedo!'

    — Kurokocchi, ¿Quién es él...?

    — Es mi arma secreta, su nombre es Furihata Kouki, lo llamo Furihata-kun, lo apodan:...

    Miraron a Kouki, quien cada vez se encogía más y más en su lugar, inevitablemente su rostro se tornaba rojo y su mirada a tímida viajaba hacia las personas frente suyo, aunque su mirada no duró ni siquiera un segundo, antes de volver a mirar al suelo.