[One-Shot] El Dilema Del Omega Renegado.

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Hace mucho que no escribo nada, el trabajo me está consumiendo de poco a poco, joder.





























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Miro con molestia aquella escena, sentía su sangre hervir de coraje, podía jurar sentir un sabor amargo y ácido en la boca.
La bilis la sentía en la garganta como le quema y le hace su tarea de pasar saliva más difícil.




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Sus dientes rechinar, estos chocan uno contra uno a causa de apretar la mandíbula con fuerza.



Tenía suerte de no morderse la lengua.



Su mirada se oscurece y sus ojos brillan en rabia contenida. Gruñe solo un poco mientras muestra sus colmillos.





Aprieta sus puños, uno puede jurar al ver que los nudillos se vuelven blancos, hay demasiada fuerza contenida en sus manos.




Un poco más y las uñas de sus dedos se clavaran en la carne de sus palmas y lo aran sangrar.





Sentía una gran impotencia recorriendo cada centímetro de todo su ser, cada fibra ya sea grande o pequeña se paraliza. Esto lo hace enojar.



Lo hace querer gritar, su mente le pide que haga algo, algún movimiento, algún ruido, algo. Lo que sea.




Debe reaccionar aunque no quiera.





Pero tal parece que eso será una tarea imposible, puede que su mente tenga el control de toda su anatomía. Prácticamente tiene el dominio de todas las funciones de su cuerpo.





Pero está no domina en algo.





La mente jamás podrá dominar al corazón, jamás podrá dominar aquella parte tan sentimental donde se esconde su instinto más primitivo, sus sentimientos.







El instinto Omega.




- Omega. - Tales palabras al ser pronunciadas por su boca, es como si tragara ácido.





- Es tu hijo antes de cualquier cosa, es tu sangre y la mía. - Habla una voz tranquila, tenía la vaga esperanza de convencer a su pareja.




- No es nada mío, es solo un bastardo nacido de una noche de celo y locura. - sin vergüenza responde, sabe que es su hijo, sabe que es fruto del amor, pero el orgullo siempre gana ante el amor.




- Tu, ¡tu me has mentido! - gruñe en protesta mientras le señala con el dedo, el hombre lo ignora.




- Tomarlo como os guste, al final no aceptaré a ese crío.




- Carlos.... - susurra su voz en una melodía de súplica, su pareja hace ignorar a su lobo.




- Me voy de aquí, no me busques, vos encárgate del crío. - Sin siquiera verlo se dió la vuelta y se marchó, jamás miro hacia atrás. Jamás vio los ojos de su Omega, jamás vio aquel corazón tan inocente y puro ser roto como un inmenso cristal.








Ese lado tan patético que desde siempre le a causando más de un problema, su parte más salvaje, su lado más puro, su lobo interior.










" 𝙷𝚎𝚊𝚍𝚌𝚊𝚗𝚘𝚗 🇩🇪 𝙰𝚕𝚎𝙼𝚎𝚡 🇲🇽 "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora