𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 | ˢᵃⁿᵃ ʸ ᵗᵘ

𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 - 08

Chinchulines, hagan de cuenta que aquí la gente no envejece mucho si?, finjan que es como en crepúsculo. Jsjsjsz gracias.

Ya puedes seguir leyendo.

Haseul esperaba impaciente caminando de un lado a otro en su estudio privado. Los nervios la carcomían por dentro, su pulso estaba acelerado y ni que decir de sus pensamientos, totalmente descontrolados. Sooyoung le había dicho hace menos de quince minutos que ya tenía una respuesta a la misión que la emperatriz le había encomendado y que muy, muy seguramente la respuesta no le iba a gustar en lo absoluto, imaginando miles de escenarios posibles.
La azabache mayor solo deseaba saber si se trataba de su hija o no. La culpa por no haber sido más cuidadosa con ella la carcomía por dentro, está no había podido proteger a su bebé, y si esa chica que ahora cumplía su papel de secretaria era su hija está deseaba compensarla, pedirle disculpas por no haberla protegido como debía, quería redimirse ante ella, ante sus padres y principalmente ante su esposa. Kahei lo había pasado bastante mal cuando se enteraron de la desaparición de su hija pocas horas después de lo ocurrido, siendo más específicos cuando a mitad de la madrugada Haseul se levantó al baño y pasó por un momento a la habitación de su hija para verificar su estado y que si estuviera durmiendo.

Claramente estaba remotamente de estar bien.

Después del incidente los siguientes días fueron oscuros para ellas. La noticia de la desaparición de la primera princesa imperial había estallado como pólvora por todo el imperio y en todo el mundo en sí a decir verdad. Medios nacionales e internacionales cubrieron la noticia por varias semanas, haciendo de está una de las peores "catástrofes" del vasto Imperio. Haseul estaba devastada, impotente. Kahei estaba destruida. El palacio era el lugar más seguro -aparte de Knox Fort- en todo el planeta, y aún así habían hecho tal cosa frente a sus narices.

Recordar el pasado era doloroso.

Si estaba en sus posibilidades enmendar sus errores casi treinta años después está no iba a perder la oportunidad.

Un par de toques en su puerta pusieron en alerta todos sus sentidos, Haseul se confundió un poco ya que Sooyoung nunca avisaba su entrada, está comúnmente aparecía y se iba de una manera muy silenciosa. Tal y como una nube de humo en medio de la noche. La azabache mayor se apresuró hasta llegar a la puerta y con un suspiró la abrió esperando encontrar a su compañera de mayor confianza, llevándose una pequeña sorpresa al ver quién estaba allí de pie en lugar de su amiga.

—¿Mamá, papá?

Los patriarcas Jo estaban allí, sonrientes, luciendo espléndidos y llenos de vida.

—Anda, Haseul, ¿No abrazarás a tu viejo?

Haseul sintió que su corazón daba un vuelvo cuando escuchó como explotaba una bomba de chicle tras su espalda.

Sooyoung había llegado en el peor momento.