𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 - 03

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—¿Está segura de que esto es lo que se tiene que hacer, primera ministra?

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—¿Está segura de que esto es lo que se tiene que hacer, primera ministra?

La japonesa de cabello castaño oscuro, sentada en la punta de la larga mesa enarcó una ceja ante la pregunta, ladeando su cabeza hacia la izquierda levemente. Su expresión denotaba confusión, un poco de incredulidad y enojo. Una pequeña sonrisa acompañada de una risilla sarcástica se escapó de sus labios.

—¿A qué se refiere, ministro Yuto? -preguntó- ¿Que acaso no fui clara a la hora de hablar, no entendió acaso? ¿El micrófono si sirve?

Su secretaria, que estaba parada a su lado asintió en silencio. La primera ministra se sentó recta en su silla y dejó de lado sus lentes, el hombre sentado a su lado tosió levemente antes de desviar la mirada del centro.

No me malinterprete, primera ministra, solo... Solo creí que este tratado no es la mejor opción para obtener lo acordado -respondió el único hombre que estaba de pie- Pienso que deberíamos de debatir esto una vez más antes de hacerlo legalmente oficial.

La japonesa de cabello castaño oscuro se puso de pie, acomodando con sus manos el blazer de su traje.

—¿Cree usted, que pedir disculpas por un malentendido militar causado por nosotros mismos no sería lo ideal para iniciar un proceso de paz con nuestros mayores rivales? -preguntó está, el hombre no respondió- ¿O acaso está dudando de mis capacidades de liderazgo, ministro Yuto?

N-no... Primera ministra... A lo que me refiero es que su inexperiencia puede incluso llegar a afectar a un más las hostilidades entre los coreanos y nosotros...

La japonesa comenzó a caminar alrededor de la mesa, tocando las cabeceras de las sillas con sus dedos en cuanto pasaba por estás, llegando finalmente hasta el hombre que por la impresión causada por la ministra se sentó de golpe. Está sonrió ladinamente por la reacción del hombre.

Usted no está dudando de mis decisiones por mi inexperiencia, ministro -respondió ella- ¿O acaso ya olvidó mis cuatro mejores años como la alcaldesa de Tokio, y posteriormente como su gobernadora? Según sé, el emperador me dió un reconocimiento en persona por mi excelente administración cuando deje el cargo...

La sala se quedó en un silencio sepulcral, todos los expectantes, que en su mayoría eran hombres, estaban en silencio.

—¿Y en las votaciones del parlamento en la que fui elegida como la primera ministra por mayoría de senadores y demás ministros como la futura esperanza de este país? -nuevamente preguntó, el sujeto desvió la mirada al suelo- Me eduqué en las mejores universidades del planeta solo para poder ocupar este cargo, ministro Yuto, y ni usted o alguno de los que están aquí presentes van a dudar de mis decisiones solo por el hecho de ser mujer, tengo experiencia de sobra, y cumplo a la perfección con las exigencias que este cargo me pide tener. Si yo creo que la mejor manera de iniciar un proceso de paz es pedir disculpas a las víctimas así se va a hacer, claramente después de que se haga una votación y la decisión que se crea correcta sea tomada democráticamente por todos los presentes en esta habitación.

𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 | ˢᵃⁿᵃ ʸ ᵗᵘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora