𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 - 04

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El despacho de la emperatriz era enorme ante los ojos de la azabache, sillas por doquier, un sofá de plazas -de un fino cuero color beige- empalado a la pared y una enorme biblioteca que tocaba el suelo y escalaba hasta llegar al techo

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El despacho de la emperatriz era enorme ante los ojos de la azabache, sillas por doquier, un sofá de plazas -de un fino cuero color beige- empalado a la pared y una enorme biblioteca que tocaba el suelo y escalaba hasta llegar al techo. T/n admiraba la belleza de la habitación, todo era tan elegante, tan fino, digno de albergar los poderes de una de las personas más importantes y poderosas del planeta: La emperatriz Jo Haseul.

—¿Cómo debo de actuar frente a ella? -preguntó T/n, Jennie estaba despreocupada viendo su teléfono- Jennie, por favor. ¿Cómo puedes estar tan tranquila?

Jennie guardó su teléfono en el blazer del traje y sonrió.

—Esto es cosa de todos los días para mí, T/n, ya debiste de saberlo -respondió- Solo actúa con respeto, lo normal, aparte de ser nuestra líder es nuestra mayor en todo sentido, solo sigue el decoro y puede que no termines en una prisión federal por irrespetarla.

La azabache iba a reclamar, pero de una puerta frente a ellas -que T/n apenas si había notado- fue abierta, dando paso a una serie de personas vestidas igual que su amiga. Usando auriculares que son muy comunes en las agencias de seguridad y protección. Luego, apareció una mujer vestida con una camisa de seda blanca y luciendo un cabello tan negro como el color azabache, posando orgullosa en su cabeza una pequeña corona. Casi instantáneamente Jennie y T/n hicieron una reverencia perfecta ante la llegada de la emperatriz, quién a paso rápido llegó hasta su silla para tomar asiento, los guardas salieron de la habitación, quedando atentos a cualquier movimiento.

T/n pasó saliva fuertemente, sintiendo como su corazón palpitaba con furia en su pecho.

—Madame Kim, que gusto verla nuevamente -dijo ella, su voz era cálida, pero un tanto gruesa- ¿Disfrutó de sus vacaciones?

Jennie se recompuso, T/n, al no saber que hacer optó por seguir inclinada. La azabache era tan torpe que temia hacer algo indebido frente a la emperatriz.

—Oh, Haseul-ah... Fue bastante divertido, visitamos muchos lugares hermosos.

T/n casi se atraganta con el aire de sus pulmones ante el tono vulgar e irrespetuoso con el que Jennie se dirigía a la emperatriz, ¿Eso era legal?
El silencio de la habitación fue interrumpido con una pequeña risa proveniente de de la mujer tras el escritorio, T/n alzó su mirada confundida.

—Ah, Jennie... Me alegra saber eso, estoy feliz de tenerte aquí nuevamente -respondió la emperatriz risueña, luego la mirada de esta se posó en la azabache- ¿Ella es T/n, no? Yeojin me acorraló en el comedor contándome sobre ella.

T/n miró a la emperatriz, y luego a Jennie. Está última asintió detenidamente en señal de aprobación.

—Ah... S-sí... Soy Hwang T/n majestad -esta se inclinó varias veces hacia adelante- Es un honor estar en su presencia.

Jennie alzó su pulgar, T/n respiró tranquila y se puso recta.

—Tan educada como decía la señorita Kim -Haseul sonrió- Gracias por estar aquí y aceptar la oferta de trabajo, estaremos muy alegres de trabajar contigo.

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