𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 - 16

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Al momento de llegar a la entrada principal del palacio, Haseul y Kahei notaron que todo estaba en absoluto silencio, los autos que habían allí estaban estacionados tal cual siempre permanecían, y los agente que siempre debían permanecer en la ent...

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Al momento de llegar a la entrada principal del palacio, Haseul y Kahei notaron que todo estaba en absoluto silencio, los autos que habían allí estaban estacionados tal cual siempre permanecían, y los agente que siempre debían permanecer en la entrada no estaban. ¿Que demonios había sucedido?

No había rastro de Sana o de su hija, ni siquiera había indicios de algún ataque o de una entrada forzada al palacio. A simple vista todo parecía en orden.

—¿Que sucedió aquí? -Kahei preguntó preocupada, aferrándose a uno de los brazos de Haseul con fuerza- ¿Cariño?

Haseul miró hacia todas partes, buscando algo fuera de lo normal que le diera una pista.

—N-no lo sé... -esta dijo mirando a la pelirosa, luego devolví su vista hacia el frente- Hablaré con Sooyoung, tal vez ella... Espera.

Kahei hizo silencio mientras asentía, Haseul cerró sus ojos y señaló hacia uno de los arbustos en los costados de las grandes escaleras. Kahei miró en la dirección que Haseul señalaba, no entendiendo absolutamente nada.

—¿Qué sucede? -la mayor susurró, Haseul abrió sus ojos y la miró- ¿Qué?

—Escucha eso -la azabache mayor dijo, ambas miraron fijamente- ¿No escuchas eso?

Kahei iba a negar, pero un pequeño y audible jadeo hizo qué, otra vez, se quedarán en silencio.
Palabras más, palabras menos, ambas adultas caminaron lentamente en dirección al sonido, el cual se hacía más audible conforme se acercaban más.

—No puede ser...

Kahei retrocedió cubriendo su boca para evitar gritar, Haseul no entendió la reacción de esta, pero al ver los pies sobresalientes de los arbustos está lo entendido.

—¡Heejin! -Haseul gritó, está rápidamente saltó los arbustos y fue en busca de la guardia tirada en el suelo, aquella chica tenía el rostro lleno de sangre, su nariz parecía torcida y su uniforme, el cual consistía en una camisa blanca, corbata, blazer y pantalón negro estaban manchados de sangre y pasto- ¡Heejin!

La morena en el suelo abrió los ojos y sonrió levemente al ver a la azabache mayor ahí. —Majestad... -esta susurró débilmente, Haseul rápidamente le hizo señas a su esposa para que buscará ayuda, Heejin siseó de dolor- Lo siento... -esta dijo- Eran demasiados... Se llevaron a la princesa y a la ministra... I-intenté detenerlos pero...

Heejin tosió un poco de sangre, y lejanamente Haseul escuchó las sirenas de la ambulancia acercarse.

—No te preocupes Heejin, hiciste todo lo que pudiste, estarás bien, la ayuda viene en camino -esta dijo mientras acariciaba las mejillas de esta, la morena sonrió y cerró sus ojos- ¿Sabes quiénes fueron los que se llevaron a mi hija y a Sana?

La morena abrió sus ojos y asintió. Hablando suavemente conforme perdía el conocimiento. —Vladimr Ylianov -esta dijo.

Haseul abrió sus ojos tanto como pudo, no pudiendo musitar palabra alguna. La sorpresa y el temor evitando todo.

Pronto los paramédicos llegaron al lugar, llevándose a Heejin rápidamente hasta el lugar más cercano para poder atenderla.

Pronto los paramédicos llegaron al lugar, llevándose a Heejin rápidamente hasta el lugar más cercano para poder atenderla

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Sana miraba de reojo a los hombres armados que estaban sentados frente a ella. Las vendas en sus manos y pies, junto a la mordaza en su boca evitaban que luchará o hiciera algún ruido. Lentamente pasó su mirada, el vehículo en el que estaban era una furgoneta, con sus vidrios totalmente oscuros. Junto a ella estaba T/n, inconsciente por el fuerte golpe que recibió al mostrar resistencia antes de ser capturadas.

Sana miró al hombre frente a ella, este lentamente se fue quitando la capucha que cubría su rostro, revelando su identidad pocos segundos después, generando sorpresa y confusión en la mirada de la japonesa.

—Gusto en verla nuevamente primera ministra -Vladimir habló, dejando su arma en sus muslos, Sana forcejeo e intento gritar inútilmente- No intentes nada, morirás asfixiada antes de hacer algo -este dijo- Puede que en este momento estés confundida al respecto, y tal vez quieras pegarme un tiro en la frente ahora mismo, créeme, entiendo todo, pero antes, quiero que entiendas por qué estás aquí.

Sana no hizo nada, simplemente se quedó mirando a Vladímir fijamente.

—Antes que nada, estás aquí ya que tú estabas junto a ella, y las únicas opciones que habían era matarte o traerte con nosotras, no podíamos dejar testigos que nos delataran así que opte por una razón más humana, dejarte con vida -este dijo, alzando los hombros desentendido- No te preocupes, estarás bien, uno de los acuerdos que tendremos con el actual régimen de Japón será devolverte a tí, con vida, a cambio de algunas cosas que nos servirán en el futuro.

La japonesa miró a T/n con pesar, mirando aquella línea de sangre que descendía desde su frente por sus mejillas.

—Si estás buscando culpables culpala a ella, después de todo, los problemas en los que estás metida, como este, es por culpa de ella -Sana negó rápidamente, estirando sus pies para desatar las vendas de sus pies- Si tan solo la primogénita de la emperatriz Haseul no hubiera regresado de entre los muertos tu estarías feliz y dichosa, comiendo caviar en tu trono de cuero.

Sana frunció su ceño, Vladímir sonrió burlescamente. —La mujer sentada junto a ti es la princesa Jo Wong T/n, hija primogénita de las rameras que te pusieron en esta situación -este dijo, riendo levemente al ver la sorpresa en los ojos de Sana- Las cosas van a empeorar muy pronto Ministra Minatozaki, y créame, será hermoso.

 —La mujer sentada junto a ti es la princesa Jo Wong T/n, hija primogénita de las rameras que te pusieron en esta situación -este dijo, riendo levemente al ver la sorpresa en los ojos de Sana- Las cosas van a empeorar muy pronto Ministra Minatozak...

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𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 | ˢᵃⁿᵃ ʸ ᵗᵘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora