Lo que realmente pasó... (Todos x Perú)

Rusia

- No jodas, Ru___ -dijo tiritando- ¿Cómo puedes estar tan fresco? ¡'Toy que me congelo!

Se escuchó una ligera risa.

- Ven, acércate -indicó el más alto.

El menor detuvo sus pasos y volteó a mirarlo confundido. Mas no preguntó y se acercó al mayor.

- ¿Qué pasa? -preguntó con cierta incertidumbre.

Cálido.

Fue lo que sintió el peruano al ser estrechado entre los fornidos brazos del que no recordaba su rostro.

- Mientras yo esté________...

Aquella voz se perdía entre la neblina y la oscuridad. Se alejaba. Alzó su brazo, queriendo que no se fuera más lejos. Pero fue imposible...

¿Cómo tocar lo intocable?

Y despertó de golpe.

Estaba sentado en aquella camilla blanca. Con la respiración agitada. Se tranquilizó al mirar a su entorno. No había nadie más en la habitación.

Miró hacia el reloj, ya iba a ser de noche... Le parece que le dijeron que tendría visita, ¿o era para otro día?

Espera. ¿Qué día es?

Se levantó de su cama y caminó lento hasta el calendario.

Sin embargo, algo llamó su atención. A pasos lentos, se acercó a la alcoba. Le gustaba la vista. Por abajo se podía observar el jardín trasero de... ¿Donde sea que esté?

Oh, ¿y si lo secuestraron?

Pero todos lo tratan bien...

Vaya. El cielo tenía un hermoso aspecto. Un degradado entre amarillo, naranja y rojo.

Estornudó.

- Perú, te vas a resfriar -dijo una voz detrás suyo.

Volteó para poder verlo.

- ¿Quién?...

El mayor sonrió comprensivo.

- Rusia

- Ru...¿sia?

El de sangre soviética asintió.

- Ahora, ven, afuera hace frío.

El menor solo tuvo que dar dos pasos para estar al frente del mayor.

Rusia se sacó su abrigo y se lo colocó al peruano. Al rozar con la piel de Perú, se dio cuenta de la temperatura de este.

- Estás congelado -dijo preocupado.

Pasó su mano por la mejilla del bicolor.

- Cálido... -habló bajo el menor.

- ¿Qué?

- Eres cálido... -sonrió ampliamente.

El ruso mordió su labio inferior y solo atinó a abrazar al peruano, escondiendo su rostro en el hombro del menor.

El bicolor no dijo nada, solo disfrutó del confort que sentía en aquellos brazos. Podía jurar que la sensación se le hacía conocida...

- Mientras yo esté aquí, tú no sentirás frío...