- ¿Estás listo?
- Sí...
- Bien, solo recuerda lo que te explique... Puedes pasar
El humano abrió la puerta y se hizo a un lado.
El representante latino respiró hondo antes de ingresar con suma cautela. Se había preparado mentalmente para este momento...
- ¿Perú?
El mencionado volteó a verlo.
- ¿Quién... eres?
Una pregunta. Dos palabras.
Solo eso bastó para que el argentino sintiera que se le había acortado el aire.
- Y-Yo...
Tardamudeó. Las palabras no querían salir de su garganta.
- Ven... -le dijo el peruano.
Como si estuviera en modo automático, caminó hasta acercarse al menor.
- Ponte -Perú palmeó un lado de su camilla, indicándole al mayor que se sentara ahí.
El otro no protestó, solo obedeció.
El peruano juntó sus manos con las del contrario en un movimiento lento y lo miró a los ojos.
- ¿Estás bien, Yo? -preguntó preocupado.
- ... ¿Eh? -tardo unos segundos, pero captó la confusión- Oh, no no, mi nombre es Argentina
Soltó unas carcajadas, unas risas sinceras.
- Bonita sonrisa -le sonrió el menor.
Argentina se calmó. Cómo es que unas simples palabras podían hacerle sentir tanto...
- Tienes una bonita sonrisa -le dijo el peruano en aquella taberna.
Habían ido a pasar el rato con el resto de latinos. Argentina y Perú estaban sentados mientras veían a lo lejos a sus amigos en el karaoke.
- ¿Tú crees? -desvió la mirada.
- Cómo no creerlo si con tu presencia iluminas la oscuridad
El argentino se rió con ganas. Sabía cómo se ponía Perú cuando se emborrachaba. Soltaba cosas cursis y se comporta cariñoso con todos.
- ¿Es así? -preguntó divertido.
- Nunca te he mentido -respondió mientras apoyaba su cabeza en una de sus manos.
- Lo sé... -y una parte de él se llenó de dicha.
Y es que no lo diría pero sus mejores sonrisas solo los dedicaría a una persona...
- ¿Sabes? -prosiguió Perú- Me gusta que los demás sonrían... Pero si lo hacen debe ser de forma sincera, no una forzada
- ¿Es por eso que siempre tratas bien a los demás? -susurró para sí mismo, aunque igual fue escuchado por el contrario.
- ¿No sería lindo un mundo en el que todos sonrían? -preguntó el peruano entre risas mientras su cabeza se acostaba en el hombro del argentino.
Poco a poco, el blanquirrojo se durmió en esa posición. Argentina solo suspiró pues, viendo el estado en que estaban sus otros amigos, él tendría que encargarse de llevar a Perú.
Siendo sincero, no era un problema realmente.
- ¿Argentina?
Una mano en frente suyo lo sacó de su trance.
- ¿Eh?
- No respondías, ya me había asustado -mencionó el peruano quién tenía semblante preocupado.
- L-Lo siento -se disculpó ruborizado- solo recordé algo...
- ¿Puedo saber? -preguntó curioso.
Argentina sonrió, aún en este estado, su amigo era muy curioso.
Por no decir chismoso, pensó con gracia.
- Te lo contaré otro día, ¿ok?
- No~ -se quejó, frunciendo su ceño.
Verlo así solo causó gracia al argentino y, nuevamente, no pudo aguantar la risa.
Pese a todo, fue un día tranquilo y reconfortante. La charla continuó el resto de la tarde, siendo solo interrumpido por el chequeo de los enfermeros. Las risas no faltaron en aquella habitación de hospital, dándole calidez y positivismo a todos los presentes.
Si el futuro fuese tan prometedor como este momento, nadie sufriría.
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Lo que realmente pasó... (Todos x Perú)
Mystère / ThrillerPerú, un país conocido por ser amable, leal y servicial. Amado y querido por muchos. Y cómo no, si él siempre se preocupaba por los demás antes que consigo mismo. Solo bastaba con ver su cálida sonrisa para sentirte mejor. Pero... Un día... Solo...